Anoche fui a ver El cuento de las comadrejas, dirigida por Juan José Campanella, director de El secreto de sus ojos o El hijo de la novia y me pareció una película diferente, atemporal, con unos grandes diálogos y mucha reflexión sobre la amistad, la lealtad, los egos, la ambición… Cuenta la historia de una actriz de la era dorada del cine argentino que comparte una mansión en decadencia con tres hombres: su marido, un guionista y un director con los que solía trabajar. Pero la llegada de dos jóvenes y la posible venta de la mansión lo cambian todo.
Entre ironías mordaces, un cinismo lindante con la crueldad y una acumulación de resentimientos que por momentos parece transformarse en odio, esta suerte de tribu, de secta, de resistentes, sobrevive con su impronta nostálgica y una particular dinámica interna. Sin embargo, la llegada de Francisco y Bárbara ( Clara Lago) en un principio encantadores pero pronto convertidos en una amenaza porque desean especular con la casa. Todo eso desencadena en una reacción furiosa y de imprevisibles consecuencias.
¡La película merece la pena!