Todos necesitamos escaparnos de nosotros mismos durante unos días para volvernos a encontrar. Es saludable romper con la rutina y las obligaciones y marcarse una misma un ritmo diferente.
Hace ya unos cuantos días que he vuelto de mi escapada a la costa Este de Estados Unidos (Massachussets y New Hampshire) He hecho turismo de ciudad pero lo que de verdad me ha relajado ha sido la naturaleza y la buena compañía: los lagos y bosques, el silencio…
Cuando regreso, tardo en poder escribir sobre mis viajes. Es como si fueran muy míos (que lo son) y me hiciera falta un tiempo para poderlos compartir. Boston me ha parecido una ciudad preciosa y coincidió con la semana del día de la Independencia, por lo tanto era una semana muy de vacaciones para los norteamericanos. Llego a la conclusión de que pese a que soy de mar, las ciudades con un buen río me encantan (París, Boston con su río Charles, Londres…)
A mi vuelta me encuentro con un Madrid mucho más soportable, sin grandes calores, ni atascos… Ceno en el Greener Café en la C/ Serrano, 212 (en frente de la Embajada de Estados Unidos) con mi amiga Blanca y nos ponemos al día. Al día siguiente vemos la exposición de Antonio López (hay que reservar por Internet, sino no hay manera) y disfrutamos con las pinturas de la Gran Vía aunque mi favorita es: Mujer en la playa (1959) a lápiz y carboncillo. Hay una pintura, Atocha, que llega desde el Museum of Fine Arts de Boston ¡impresionante!
Música para hoy : Summer day del CD 100 miles from Memphis de Sheryl Crow, un homenaje a la dama del soul, Dusty Springfield)
Libro para hoy: La sabiduría de la Toscana (Seix Barral) de Ferenc Maté: una pareja de neoyorquinos se trasladan a la Toscana para crear su propio vino y lograr su sueños.
Me despido con una cita del filósofo francés Alain Badiou: “El amor consiste verdaderamente en fiarse del destino. “ Me fío bastante del mío.