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Carolina Isasi

Mirando a la bahía

¿Bendita profesión ?

 

 Vivimos tiempos difíciles. Escucho en la radio testimonios de personas que están trabajando sin cobrar su nómina y que por supuesto, no encuentran otro trabajo. Solo les queda la esperanza de ir cobrando algún día esas nóminas retrasadas. Sin la ayuda de sus familias, en la mayoría de los casos, se encontrarían en el límite dela pobreza. Lospocos ahorros que tenían van consumiéndose a velocidad de vértigo y la nevera se llena con lo imprescindible. El otro día una mujer se peleaba con el zapatero porque este no le buscaba una solución para arreglar sus botas que a la vista estaba, parecían más que amortizadas y lo que antes nos tocaba de lejos, cada vez lo tenemos más cerca. Lo único positivo que saco de todo esto es que tal vez nos esté viniendo bien ser más austeros y más solidarios. Cuando hablo de austeridad me refiero a no aferrarnos tanto a lo material, a compartir, a aprender a no llenar vacíos con compras innecesarias, pero se que los casos que he escuchado hoy en la radio, eran duros y estremecedores y no venían de personas que habían querido lucrarse fácilmente a costa de los demás ni de gente que había vivido por encima de sus posibilidades.

 En el caso del periodismo, cada cual conoce mejor su profesión que la de los otros, estamos viviendo el peor momento desde que comencé a trabajar. Se paga tarde, poco y mal  y se da por hecho que al ser una labor bastante agradable, con el simple hecho de que te publiquen, una debería de estar más que agradecida. La pena es que así no se pagan las facturas y que detrás de una profesión tan bella como la mía, existen años de estudio y de preparación y muchas horas, que no se ven de lecturas, aprendizaje de idiomas, trabajos que se quedan en el camino… Aún y todo, yo me siento una afortunada y una privilegiada. Hay días que tiraría la toalla pero nunca lo hago, creo que aunque gano poco, he tenido la suerte de conocer a grandes personas que me han enriquecido mi existencia. Es imposible enumerar a todas pero recuerdo testimonios emotivos y  duros como el de Isabel Allende hablando de la muerte de su hija sin perder la sonrisa, el de el subdirector de La Stampa, Massimo Gramellini, autor de Me deseó felices sueños (Destino) que ha escrito una bella historia en la que cuenta cómo vivió la muerte de su madre a los ocho años y cómo creyó que había muerto de cáncer. Es una hermosa novela dedicada a todos los que han perdido algo esencial en sus vidas. Hablamos sobre la vida y la muerte y nos entendimos perfectamente. Acabo de estar también con el escritor Andrés Pascual que acaba de publicar El sol brilla por la noche en Cachemira (Planeta) una novela  que habla de la huida, de la soledad pero también de la superación. Andrés es un hombre que aporta energía y que con su novela y su conversación, me ha enseñado a aceptar la muerte como parte de la vida. Charlamos más de una hora y me decía… “Carolina, la soledad hay que combatirla desde dentro “¡Y qué cierto es! Y comentábamos los dos: “La vida es caos y sufrimiento pero hay que vivirla “. Ya decía Massimo Gramellini, no se puede vivir con miedo.

Me quedo con la lección de vida de Andrés: “La vida no es ni siquiera un derecho, es un privilegio.” Como dice él, no sabemos lo que va  a durarla vida. Hay personas que se van demasiado pronto, otras a las que nunca dejaríamos partir pero todos somos el mismo mar. Hay olas más grades, decía A. Pascual, otras más pequeñas, pero todas forman un mismo mar. No podemos medir la vida por lo que dure, sino por haberla vivido intensamente. Que nos pille la muerte bien vivos.

Y si sigo hablando de personas que me han dejado una huella increíble en mi profesión, la lista la iré haciendo de vez en cuando pero ahí van unas cuantas personas excepcionales: Plácido Domingo por su cercanía y por dedicar a mi padre un CD con todo su cariño y  optimismo, Alejandro Palomas por compartir conmigo su amor por el mar, los faros y los animales y por darme  a conocer a Mencía, el mejor personaje que ha creado en mi opinión, Nativel Preciado por ser una gran amiga sin vernos tanto como quisiéramos y porque siempre busca ser justa, Donna Leon por su hospitalidad, Dominique Lapierre por transmitir tanta energía y no permitirse flaquear nunca ….

Estos son algunos de los regalos de mi profesión. Este post además va dedicado a esas editoras, jefas de prensa, compañeros… que hacen que siga creyendo en el periodismo: Laura, Ana, Pilar, Nahir, Alba, Elena, Carlos, Miguel, Teresa, Antonio, Fátima… Espero aportarles yo también algo.

 

Canción para hoy: Il mio cuore va – My heart will go on. Plácido Domingo con Megan Hilty.

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Temas

El mar desde la distancia. Escritores, viajes y mucho más.

Sobre el autor

Estudié en el ya desaparecido colegio francés de San Sebastián y me fui a vivir un año a Dublín y otro a Oxford. Tenía claro que quería ser periodista. Devoraba libros y me gustaba escuchar historias. Vine a Madrid a estudiar periodismo y mis primeras prácticas fueron en radio Voz. Logré convencerles para que me dejaran hacer una agenda cultural diaria. De ahí me viene mi pasión por las exposiciones, conciertos y cualquier tipo de ocio que despierte mis sentidos. Sin darme cuenta me ví entrevistando en diversos medios, casi a diario, a escritores y he tenido la suerte de haber conocido a muchos de los que ya admiraba: Ian Mc Ewan, Martin Amis, Salman Rusdhie, Paul Auster, John Banville, Rosa Montero, Almudena Grandes, Juan José Millás… y considerarme amiga de muchos de ellos: Paula Izquierdo, Nativel preciado, Juan Cruz, Soledad Puértolas, Alicia Jiménez Bartlett, Ángela Becerra … y descubrir a otros tantos. Lo peligroso de las listas es que siempre te dejas a alguien querido. Para eso estará este blog, una memoria semanal para cuando lleguen los malos momentos siempre me queden los buenos recuerdos ¡Y esa bahía que tanto añoro!


octubre 2012
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