“El cocktail es la pausa entre los errores y las tentativas del día y las esperanzas de la noche. “ (Herbert Hoover)
Siempre quise ser una mujer rompedora como la de la foto , con un perro bóxer que se llamara Klaus y saborear lentamente un cocktail preparado por un gran barman como Javier de las Muelas. Me sentaría en la barra de un buen bar, no uno cualquiera, uno con glamour tipo el Harry´s bar, vestiría un vestido negro ceñido al cuerpo con un escote generoso pero no exagerado, unos tacones de10 centímetros, uñas rojas, labios rojos, ojos pintados que destacasen una mirada felina y un gesto de: “no me molestes si lo que me vas a contar no es algo muy interesante “El pelo, puestos a elegir: largo y rizado, pelirrojo y en las orejas unos brillantes pequeños. En mi regazo apoyaría un mini bolso plateado con un espejito dentro. Sonreiría al barman y él me serviría con amabilidad lo de siempre, un Claridge que según la receta de Javier, lleva: 4 golpes de Cointreau, 4 golpes de apricot brandy, 2/6 de Martini Extra Dry, 4/6 partes de ginebra Bombay Original , todo servido en una copa Martini.
Klaus, estaría sentado a mi lado, atento y dispuesto a espantar a cualquier hombre pesado que se me acercase porque las mujeres rompedoras tenemos eso, que los hombres se nos acercan, con miedo pero se nos acercan.
Y después de saborear mi cocktail y de pagar la cuenta, porque no necesitaría de ningún hombre que me la pagase, pediría mi pequeña maleta (una mujer que sabe viajar viaja con poco equipaje) que Fabrizio me la estaría guardando detrás dela barra. Klausy yo saldríamos del bar con un contoneo de caderas y pararíamos un taxi dirección al aeropuerto. Porque un buen viaje necesita de una buena despedida, con un Claridge y Klaus, un amigo fiel.
Porque incluso después de los buenos momentos, no hay nada mejor que un rato de soledad antes de volver a la realidad.
P.D.: Los diez mandamientos del buen barman según Pedro Chicote:
Cocktails & Drinks book ( Planeta) de Javier de las Muelas.