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Las vistas del mediterráneo serenan mi espíritu. Por fin he huido de Madrid para descansar unos días. En cuanto deshago la maleta, instantáneamente me siento instalada y dispuesta a disfrutar. Tengo la suerte de no tener conexión a Internet desde casa y eso me obliga 1º a estar un par de días desconectada,2º a bajar al Capuccino donde tengo que pedirme ¡ pobre de mí ! algo para beber y me obligan a mirar a los barcos. La gran duda suele ser si lanzarme desde el primer día al mojito o empezar por algo más suave.
Me apetece leer por fin Los hombres que no amaban a las mujeres. Estuve en la fiesta que la editorial organizó en Junio y he visto a cientos de lectores pasear la trilogía por el metro y las piscinas. Esta noche lo empiezo. Traigo en la maleta también a Stefan Zweig porque me serena el espíritu como el mediterráneo al igual que la fantástica Milena Agus. Que cierto es el título de su último libro : Mientras duerme el tiburón ( Siruela ). Hay que aprovechar la vida mientras el tiburón duerme y nos deja disfrutar.
El día comienza con un buen desayuno en el porche, playa, comida en casa, siesta, lectura, gimnasio, café en el porche, baño en la piscina, escritura, paseo para admirar las vistas y dar de comer a los gatos y Capuccino. Cena y lectura. La monotonía de los días me devuelve el sosiego y se rompe de vez en cuando con alguna cena con amigos, excursión en barco y charlas hasta las tantas.
Mañana navego hasta la playa del Es Trenc, de arena blanca y agua color turquesa.