Lo dicho, los psicólogos tenían razón pero no te dicen luego qué hacer con el hábito adquirido. Llega esta hora de la tarde, generalmente guardada para escribir el post y no sé bien qué hacer con todo lo que tengo que contar. Además una tiene su pequeño “club de fans”, compuesto por mis hermanas y unos cuantos amigos fieles y eso anima a seguir. No significa que ahora vaya a escribir a diario pero sí que voy a actualizarlo mucho y así, sentiré que tengo con quien desahogarme.
Un libro para hoy: El bar de las grandes esperanzas de J.R Moheringer, autor encubierto de Open, las celebradas memorias de André Agassi. Lo publica Duomo. Bello, tierno, autobiográfico. La historia de un niño que se crió en un bar de Manhasset (NY) el Dickens. Una novela que habla sobre amistad, borracheras, resacas también, sobre el sentimiento de pertenencia y sobre la tristeza y la rabia y cómo vencer ambas. Una novela que habla de familias, padres e hijos, madres e hijos, lazos de sangre, amor y rupturas y grandes Pero ¿sobre todo? Sobre hombres y bares.
Una noticia: Alemania concede un visado de tres años al artista chino Ai Weiwei. El artista disidente y defensor de la libertad de expresión tendrá un puesto de profesor enla Universidad de Berlín.
Un rincón: Tatel Sobre todo por animado y porque he comido muy a gusto con mi hermana Irene.
Una foto: Las flores que me ha regalado mi hermana Irene (que dice que es de la única que no hablo nunca)