El verano en Andraitx es un verano de animales. Perros, gatos y peces del estanque conviven pacíficamente en casa. A quien no le gusten los animales, lo pasaría mal aquí. Bautizamos a todos – a los nuestros, por supuesto y a los de fuera – y aunque admito que no somos muy ingeniosos a la hora de ponerles un nombre.
“El gordo“ es el jefe de la manada, inquilino temporal que come todo lo que pilla, “Jackie“ es la dueña y señora del hogar y tiene unos andares de mujer segura a lo “Jackie Kennedy“. Fue rescatada con muy pocos meses en San Sebastián de la boca de su homónimo Jacky ( este más parecido a Jacky Brown ) el perro de mi hermana.
“El pequeñajo“ es otro gato negro que anda por aquí y que pilla poco, por eso anda delgaducho. “Golfo“ descansa tumbado ajeno a todo. Es un snauzer gris y mimoso, algo pasota. Hay que molestarle mucho para que se inmute.
Como con toda esta manada no nos basta, cuando bajamos al puerto, tomando una carretera repleta de curvas, vamos parando de vez en cuando a dar de comer a algún que otro gato solitario y con pinta de huérfano.
Es la única época del año enla que nos reunimos todos en feliz convivencia. Cuando mis amigas me preguntan cómo logramos estar casi un mes sin pelearnos todos juntos que niños ruidosos por medio, siempre contesto lo mismo: respetando al otro.
Unos van al gimnasio, otros son más de piscina o playa, algunos prefieren levantarse pronto, a la mayoría no nos gusta madrugar y siempre hay una sombra donde sentarse a leer tranquilamente.