A estas horas del día, la noticia de que Chillida Leku vuelve a abrir en abril tras el acuerdo con la galería Hauser & Wirth es de sobra conocida pero no por ello menos ilusionante. No podía dejar de mencionarlo hoy.
Unos abren y otros cierran como la librería Los portadores de sueños en
Zaragoza, que eran eso, un vehículo de los sueños de muchos lectores que la echaremos en falta. Cuando un lugar de cultura cierra, el mundo pierde muchísimo.
Y como hoy va de lugares dedicados a la cultura, me quedo con luna imagen que estoy segura de que le gustaría a Eduardo Chillida: una antigua bibliotecaria y encuadernadora de libros de Idaho, Estados Unidos, ha creado una pequeña biblioteca en el tronco de un álamo de 110 años que tuvo que cortar por su deteriorado estado. Los transeúntes pueden llevarse y dejar libros. Una maravilla.
Mañana recomendaré libros.