Lo mejor de los viajes es compartir tiempo con las personas con las que pasas unos días en una ciudad que te saca inexorablemente de la rutina diaria. Los desayunos largos, las confidencias, las risas, compartir conversaciones que en el día a día se posponen para cuando una esté menos cansada, menos liada, menos preocupada … y ese momento no llega nunca.
Mi último viaje ha sido estas Navidades a Amsterdam , una ciudad vibrante, moderna, invadida de bicicletas, tolerante y hermosa. Una ciudad en la que cuando fui joven, me hubiera gustado vivir una temporada. El último día, mi vuelo salía unas horas más tarde que el del resto del grupo. No volvía sola, me acompañaban mis dos hijas y mi sobrina y decidimos pasear, ultimar compras y despedirnos con calma de la ciudad. Comimos en un italiano estupendo y antes de eso, paramos en una galería de arte que nos llamó la atención por la cantidad de gente que entraba. En seguida reconocí a la dueña de la galería: una mujer rubia, alta, que me recordó a la actriz y modelo Jerry Hall ( la de la galería más joven , guapa y natural ). Por la galería estaban distribuidos los animales que Anna Lambert, holandesa de nacimiento había creado en arcilla y que luego pinta. Los perros y los gorilas son sus favoritos y luego fui entendiendo el por qué de su arte y de su pasión por los animales. “ Crecí y me crié en Amsterdam en el seno de una familia muy cariñosa. Cuando mi hermana gemela y yo nacimos, mis padres ya tenían un perro. Crecimos junto a él y era como un hermano. A los ocho años, mis padres nos llevaron al zoo de Amsterdam a mi hermana y a mí para hacer un curso de dibujo y cerámica. Volviendo la vista atrás, creo que ahí empezó mi pasión por los animales y la cerámica.”
Me hubiera llevado a mi casa de Madrid un gorila precioso que me miraba como un humano. Las piezas de Anna son únicas. “ Creo la escultura a mano, totalmente hueca y luego el animal tiene que secarse en el horno a 1100º . A veces termino las piezas con una lámina de oro”. Una de las cosas que me gusta mucho en las piezas de esta artista es que el humor está siempre presente. Junto a los perros, hace unas cacas divertidas que son parte de su seña de identidad. Esta mujer que ha vivido en Venezuela y Ecuador es uno de los regalos que me ha dado la ciudad de Amsterdam.