Me encanta hacer deporte al aire libre. A todos nos gusta correr en San Sebastián al aire libre, y lo más importante, ¡ser vistos! Si alguna vez hemos participado en alguna carrera popular, y nos han dado una camiseta, no dudamos en ponérnosla al caer el sol y salir al paseo de la playa a trotar tímidamente a ritmo de “ieeepaaa”. Eso cuando hace sol. Lo normal aquí es ponernos un chubasquerito mono y echarnos a las calles.
El plan “B” para los días de lluvia es el gimnasio. En mi caso es el de al lado de casa. No es de los mejores de la city, pero estamos en época de vacas flacas así que me conformo con que tiene un buen horario, está limpio y lo tengo nada más cruzar la calle.
¡Tendríais que ver la sala de máquinas! Poli Díaz sería el más delicado de todos los usuarios. Levantan pesas como si no hubiera un mañana, gritando y animándose unos a otros. ¡Y mirad si soy Kuki, que en medio de tanta testosterona, yo sudo en forma de corazón!