Para hoy he preparado un nuevo decálogo. Aprovecho para recalcar, que soy la primera en ponerme lo que me apetece y cuando me apetece, pero con gracia y salero. Por eso os presento una serie de razones, por las que no debemos embutirnos en un “palabra de honor” si no estamos demasiado convencidas de poder llevarlo con la cabeza bien alta y creyéndonos, al menos, ¡las reinas de la parada del autobús!
- En primer lugar, no debes ponerte un palabra de honor, si no estás segura. Por ajustado que lo lleves, creerás que se te está cayendo continuamente, y no pararás de estirarlo desde la zona de las axilas, como hacen las famosas en la tele. ¡Parecerás un macaco!
- No es una prenda para todo el mundo, si tus brazos son muy grandes, no es nada favorecedor.
- Tampoco te enfundes en uno, si tienes demasiado pecho, te sucederá lo que ha pasado este verano con los bikinis de última moda. Con ellos veías llegar a su dueña al agua, dos pasos después de haber alcanzado su pecho la orilla.
- Nos encanta el palabra de honor cuando nos ha dado un poco el sol, pero ni se os ocurra, si estáis demasiado delgadas y tenéis poquito pecho, pareceréis tablas de surf, pero de las que no gustan a Kelly Slater. ¿Recordais a Pamela Anderson y a sus compañeras las vigilantas de la beach, verdad?
- Aunque no es difícil acertar con la talla (s, m, l) siempre tiende a bajarse como os he dicho, ¡o eso nos creemos! y si a esto le sumamos, un movimiento innato y automático nuestro, pareceremos el “Jorobado de Notredam”.
- Si estás un poco gordita, no te compres un palabra de honor, ¡hazme caso! Hay mil prendas que te sentarán mejor sin que parezcas una mesa camilla.
- Otro de los motivos por los que no hay que comprarse un palabra de honor, es porque, siguiendo con los símiles, si lo llevamos demasiado ajustado, nos aparecerán cuando menos cuenta nos demos, los temidos “terelus”, o graciosas mollitas en la zona de las axilas,
- ¡Importante el tema del sujetador, que ha de ser sin tirantes claro! Ya es otro factor a tener en cuenta, y otra prenda a estirar cada tres minutos para que no se caiga… ¡un cristo, no al palabra de honor!
- Ya vamos por el nueve, pero se me ocurren una infinidad de motivos por los que no llevar un “palabra de honor”. Este tipo de escotes no sólo van en las camisetas, también los hay en vestido e imaginad, uno hasta los pies que te lo pisas si no te encargas de llevarlo en su sitió, estirando de la zona de la “axila-morcillita”… ¡al suelo qué vas!
- Y finalmente, termino como he empezado, qué cada cual se ponga lo que le venga en gana si se ve, guapa, cómoda y acorde a la ocasión, yo soy un cero a la izquierda en “palabra de honor”, ¿pero cuántas veces nos sentimos tan bellas como Paula Etxebarria, o las modelos de las fotos?
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Paula Etxebarria
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Paula Etxebarria
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