Qué duro es ser glamourosa y hacer deporte en pleno Festival de CIne de San Sebastián. Audis con lunas tintadas y a saber quién dentro, famosos paseando palmito como si tal cosa por la parte vieja de la ciudad, asistentes de artistas descansando en la talasoterapia de “La Perla” en plena “Concha”, fiestas en las discotecas. ¡Y yo estrenando temporada de running!

A la vejez viruelas, me dije hace cosa de un par de años cuando me animaron a participar en carreras populares. Y hoy es el día en el que paso más nervios que cuando competía de jovencita con el “Club Natación Easo”. Nunca bato marcas, aunque sí mis propios récords. Me dejo la piel entrenando, descanso, como bien, bebo agua (a veces más que agua) y me emociono cada mañana de carrera. ¡Qué cada mañana, tengo mariposillas en el estómago desde la noche anterior!

Todo esto es perfecto como única afición, pero una tiene vena farandulera a medio aflorar también, y se está chocando de bruces con planes exóticos estos días por la ciudad. Para cuando yo vi a los guapísimos Hugo Silva y Mario Casas en la presentación de su última peli, bajo las órdenes de Alex de la Iglesia, mis amigas se habían tomado un pintxo codo con codo en un bar de la parte vieja. ¿Que, qué hacía yo? ¡Correr!

Mañana tengo un plan espectacular que mezcla en la misma franja horaria a Hugh Jackman y a Victorio & Lucchino. El sábado hasta podría ir a la gala de clausura del Festival, porque tengo entradas. ¿Adivináis? ¡Corro de nuevo! Pero esta vez, pienso organizarme bien y aunque tenga que cruzar la meta en tacones o asistir a la entrega del Premio Donostia en chándal, ¡no pienso perderme ninguno de los planes!

¡Feliz fin de semana!