Lunes gris, con más nubes que claros. Ya estamos los que éramos y se fueron los que vinieron de visita. Actores, directores, empresarios y turistas. Parece que casi todos apuraron vuelos y carreteras para poder empezar con energía el último día de septiembre en sus ciudades.

Ha sido un mes muy agradable para donostiarras y visitantes, y ya ha volado. Aunque los niños hace días que empezaron el colegio, y ya han terminado el período de adaptación que los pedagogos y sociólogos se han inventado estos últimos años, hasta que no pasa el Festival de Cine, parece que no ha terminado oficialmente el verano.

¡Ahora sí, que sí! Los atascos mañaneros serán los propios, los surfistas serán locales, y el paseo de ultima hora, tendrá ese encanto especial de cuando uno quiere tomar el aire y pensar. Estirar las piernas con calzado para el agua y una cazadora porque ya empieza a ser fresquito el aire antes de cenar. Nunca había pensado lo importantes que eran los “zapatos de agua” hasta que se vino a vivir a Donostia un amigo madrileño. Fue lo primero que se compró para ir a trabajar. ¡Aquí tenemos tan asumida la suela de goma para no mojarnos, que nadie se plantea que sea de otra forma!

¡Dicho lo cual, amigos y vecinos, disfrutemos en la intimidad!