Qué levante la mano, la que no tenga un animal print en su armario esta temporada. Esta, la pasada o la anterior, porque ya llevamos tiempo. ¿Os acordáis del genial grupo de Facebook, que dice algo así como “Por el estampado de leopardo, que ha unido a chonis, punkis y pijas”? No consigo encontrarlo, así que, lo mismo era una página de amigos, que cerraron con una de esas prohibiciones que se inventan Zuckerberg y su panda, a medida que se van haciendo ricos, y contratan mejores abogados.
A mi me está pasando lo mismo con las camisetas de rayas. Durante la adolescencia las boicoteé, no me preguntéis por qué,¡ las adoro a día de hoy! Seguramente no llamarían tanto la atención como aquellas “Doctor Martens” de leopardo que heredé de una amiga, viejas y desgastadas y qué me encantaban. O los pantalones escoceses de cremalleras, que me dio por llevar, y compraba en la tienda más heavy de la ciudad. ¡Siendo yo, la más pija del cole de monjas!
Hoy es el día en el que utilizo las rayas en bodas, comuniones y bautizos, y, ¡realmente, no terminan de favorecer! Vamos, animosamente, con un nuevo decálogo, de “por qué sí, estampado a rayas”