Con la cantidad de crónicas de la Behobia que me he encontrado de unos días a esta parte, no voy a ser yo quien se repita contando kilómetro a kilómetro, la dureza de la prueba, y lo bonito del pirata y el clamor popular. Todo bueno y no puedo esta más de acuerdo. Así que aporto unas fotos y mi cansancio, experiencia y satisfacción personal.

Todo empezó la semana previa. Entre nervios, recogida de dorsal, compras de última hora y treinta mil llamadas y whatsapps para concretar los detalles del gran día. La víspera lo de siempre, ropa preparada en la silla, pasta para cenar, y pronto a la cama con más nervios que el primer día de colegio.

La jornada comenzó muy temprano pero con mucha energía canalizada y puesta en el “día de”. Chubasquero, geles, chip, y al topo con mi amigo Beñat. Nueva experiencia la del topo. Apretados como sardinas mientras cuatro iban sentados como príncipes, quiero pensar que sin darse demasiada cuenta del incordio por su parte para el resto. Los detalles respecto a los hedores de las ocho de la mañana en el vagón, tampoco voy a ser yo quien los cuente, ¡que este es un post con gusto!

Una vez en Behobia, autobús lanzadera. Ya estábamos allí, mucha gente, y mucho “Reflex” en muy poco espacio. Nos libramos de la lluvia, y pudimos calentar. Yo, con más ropa que siete reptiles cambiando de piel a la vez. ¡Para muestra un botón, aquí abajo nos tenéis en grupo, haciendo las primeras carreritas!

Veis que todos llevamos la misma camiseta con el lema “Go Dani Go!”. Se trata de una campaña de “IMQ seguros médicos” (www.imq.es). Y es que el tal “Dani”, el chico de la gorra,  el año pasado corrió la “Behobia” terminándola en un tiempo muy malo. Desde “IMQ”, se han encargado de que mejore, entrenándolo durante un tiempo, y lo ha logrado, ¡así que ya sabéis!

“Go Dani Go!”

A las 11.45 cruzamos la línea de salida, en grupo. Siempre se va en grupo. A nada que mires al frente y sonrías con cara de pena, encuentras a una pareja de catalanes que te acepta durante los kilómetros que quieras. ¡Y menos mal, porque perdí de vista  a mis chicos nada más atravesar Irún! Ya veía cuestas, y aún no había empezado lo bueno. Mi cabeza comenzaba a maquinar, pero ahí vi a otra buena amiga pegando gritos y me vine arriba.

Gaintxurizketa me ha parecido brutal este año con tanto viento y lluvia. Pero ahí empiezan los primeros conocidos de la familia, así que cabeza bien alta, sonrisa tipo “Pantoja” y adelante Misscarrot, “yes, you can!”. Y esto mismo es lo que me encontré en la rotonda de Lezo. ¡Sorpresón y detallazo de mi amiga Eva! No se puede ser más grande ni más graciosa. ¡Perfecto subidón de adrenalina para echar cuatro emotivos lagrimones y continuar con lo que quedaba todavía!

pancarta sorpresa

No se si por falta de entrenamiento, mala alimentación o condiciones meteorológicas adversas. Probablemente un cómputo de todo un poco, pero este año la “Behobia-San Sebastián” me ha parecido durísima. Mi mente llevaba días haciéndose la remolona, y creo que la preparación mental, por muy carrera popular que sea, es básica para este tipo de pruebas. El caso es que, aunque con cara de zombie dominguero, y con mucha pena, porque todos mis amigos estuvieron ahí para aplaudir y no pude dedicarles ni una sonrisa a medio gas, otra vez más,  ¡lo logré! (Atención, soy el globito azul de la derecha de la pantalla, ¡pero ahí estoy!)

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