Yo soy de callos y panceta, de brocheta de riñones, de huevos rotos y de huevos con todo. ¡A, y de gente simpática, jolinas! Qué de eso en los tiempos que corren, no se lleva mucho. No se qué es el “picadillo”, pero suena a cocido montañés. Me encantan las fabes, el marisco y la vinagreta. ¡Cómo me gustan las tascas! Y los festejos a la luz del día.
Si el gris es el nuevo negro, y los treinta, son los nuevos veinte, ¿será el sushi el nuevo menú del día a doce euros? Soy de mestizaje y de interculturalidad en todos los sentidos, pero me niego, a renunciar a las barras de pintxos, y a la cocina de la tierra. ¡Amén!