Desde que han puesto esas bolsas portaparagüas tan kukis, “soy megafan del BSK (Bershka)”.
Entrar en Zara y que me reciba el de seguridad con la tablet. ¡Pues todo un detalle!
En SPF (Springfield) me dan los buenos días, cada vez que toco un jersey. Y qué me decís del chino del barrio. Es sentirte Tita Cervera rodeada de guardaespaldas, en cuanto pones un pie en el interior del establecimiento. Lo de encargar un zanahorio achinadito, a lo princesa Estefanía de Mónaco, lo veo más difícil,¡ por lo del poco trato físico, y lo mucho de tocona que yo gasto!
En Nespresso salgo desayunada, y no tengo ni cafetera. Suma y sigue con el paseo de marquesa mundana. Al asomar la nariz en Blanco, me invitan a entrar con el perro. Y no sólo eso, ¡nos adulan! Yo, recién salida de la piscina, deslavada, pecas borradas y sin maquear. ¡Aún con la marca de las gafas! “Es preciosa, qué simpática, reguapa”. Todo esto se lo cantan a Yuka en el oído pelón, mientras mira al infinito, deseando seguir camino del Paseo de Francia. Dieciséis años de Pastor Vasco y cabello rebelde.
Relato de las dos horas más felices de mi vida, y lanzándome a los cajones de tres euros, del final, del final, de las rebajas. ¡No quiero ni imaginar, si entro en Loewe y me tratan de usted!