Tengo un par de lámparas en mi habitación, que son la envidia de quien las ve. El problema es que las tulipas son de cristal opaco, y no se ve nada. Cuando los días empezaron a acortar decidí tomar cartas en el asunto. Vais a pensar que cambié de lámparas para poder leer por la noche. ¡Pues nada más lejos!
Una buena mañana del mes de octubre, saqué todas las medias que tengo en el segundo cajón de la cómoda, las separé por colores, y decidí remendar con una “crucecita” roja, las de color azul. ¿O fueron las negras?
Hoy me he levantado con el pie derecho, y decidida a vestirme de princesa, he preparado el traje sobre la cama, para ducharme bien motivada y pensar en la nueva jornada. Maqueada y a ritmo de reggaeton, me he lanzado a las calles, pensando en no volver hasta última hora.
Catástrofe, me muero. Imposible quedar hoy amigas. Mis medias son azules y voy de negro azabache. Mundo, eres cruel. Esto no se hace. Jueves tarde, es día de chicas, de despellejar como hienas en celo, a la que no está, y hoy voy a ser yo. por culpa de este último capricho tuyo.