Un acontecimiento accidental que escapa del control de una persona es suficiente para cambiar el rumbo de la vida. Puede ser que no sea más que una creencia fuera de lo científico y lo racionalista, pero lo cierto es que para muchos la suerte existe. La misma que es impredecible, la misma que es fortuita, la misma que es aleatoria.

El azar hizo que Hedi Slimane se retirara por un tiempo en 2007 como director creativo de grandes firmas de moda para dedicarse a la fotografía de estética adolescente y del fenómeno fan.  El diseñador que marcó un hito en la moda masculina del siglo XXI con una silueta skinny, andrógina y rockera en Dior Homme, el mismísimo que tuvo el valor de comerse a Yves para dejar la marca simplemente en Saint Laurent, no podía dedicarse a la fotografía sin más. Él fue el autor de una fotografía que revolucionó la vida de un joven. Un joven de 12 años que acompañó a su hermana a un casting y que terminó fotografiado de forma espontánea por el diseñador francés para después aparecer en Vogue Japan. Un joven que en la actualidad es ya un adolescente de 16 años que arrasa, gracias a este fortuito encuentro no intencionado con Slimane, en las redes sociales y en las campañas publicitarias de moda. Así es como tuvo un golpe de suerte Lucky Blue, a quién se le reconoce por su inconfundible cabello platino.  A su pronta edad ya ha trabajado para firmas como Calvin Klein, GAP, Tommy Hilfiger, Bottega Veneta, Fendi, Salvatore Ferragamo y Etro y ha protagonizado editoriales de moda difíciles de olvidar. Y como no puede ser de otra manera, cuando algún personaje supera la friolera cifra de un millón de seguidores en instagram, empresas como H&M o Zara ponen el ojo (y el talonario) encima. Lucky ha sido imagen de la colección “Coachella” de H&M, diseñada especialmente para el festival de música con el mismo nombre. Y claro, Zara por detrás, y sin parpadear, ha convertido al chaval en la última imagen de la campaña de verano de la marca.

Como cualquier chico de su edad, con ganas de comerse el mundo, pero seguramente con menos tiempo, ha creado un grupo de música con sus tres hermanas con mezcla de estilo surf y rock, The Atomics, donde toca la batería. Y por si no fuera poco ahora quiere probar suerte con el cine, aunque no le haga falta ninguna ya que la suerte la lleva sellada en su nombre, donde protagonizará una película indie dirigida por Rob Diamond. Será que ha sufrido alguna variación, pero el azul ya no es el color más cálido como se decía en La vida de Adele, protagonizada por la también adolescente Adèle Exarchopoulos. Parece que ahora el azul es el color de la suerte. Al menos para el joven Lucky Blue, Blue is the luckiest color.