Descargar gratis está feo, y además a algunos nos da pereza. Pero se diría que ciertos editores quieren desalentar precisamente a quienes se empeñan en gastarse los euros en sus productos en lugar de practicar el todo gratis. Últimamente uno tiene la sensación de no poder comprar lo que quiere comprar porque se lo impiden quienes ponen en circulación el producto; o que hay tantas posibilidades de que le timen con productos legales lamentables que da verdadero miedo comprar. He aquí unos ejemplos.
Colección de Laurel & Hardy. Universal publicó hace un mes un hermoso libro con 12 DVDs dentro, conteniendo las principales películas de Laurel & Hardy, ya editadas anteriormente de forma más parca, pero ahora en bonito e informativo pack. Valía unos 60 euros, con lo que es lógico que uno piense, “me lo compraré, pero lo dejo para el mes que viene”. Mas no: un mes después el producto ha sido descatalogado. No es que haya sido un éxito y se hayan acabado momentáneamente los ejemplares, no: ha sido descatalogado. En cuatro semanas.
The Pacific. La nueva serie bélica, pseudo continuación de ‘Hermanos de sangre’ salió por fin, en DVD y Blu-Ray, también en noviembre, en una bonita caja metálica, perfecta para que babee el friki de los packs elegantes. Seis semanas después, ya está descatalogada. Pero lo curioso es que hace unos días había un buen número de ejemplares en el Fnac, y dos días después habían sido sustituidos por otra edición en vulgar caja de cartón y, más o menos, al mismo precio. Tampoco cabe pensar que se hayan agotado todas las metálicas justo el mismo día que llegan las de cartón… De nuevo el misterioso calificativo de ‘descatalogada’. ¿Quería usted tener esa edición? Pues cómpresela el primer día, no vaya a ser que se quede sin ella…
The National en dos CDs. Este caso es tan habitual, y con tantas variantes, que ya parece una auténtica burla al fan. Ponemos el caso de The National como podríamos poner mil más. Se publica el disco, en CD normal, tiene su éxito y, seis meses después, más o menos, cuando el fan del grupo o quien quiera estar atento a la actualidad ya se lo ha comprado, sale una nueva edición con un disco de regalo lleno de canciones inéditas, y a veces incluso a un precio menor. Al fan se le queda cara de tonto y se pregunta si el editor está pensando que se va a gastar dos veces el precio del disco para conseguir ese ‘bonus’ que, como seguidor ferviente del músico, no se puede perder. Esta práctica que machaca al comprador fiel y beneficia al comprador ocasional, también la aplican continuamente las editoriales de libros y cómics.
Los anuncios antipiratería. Otra burla descomunal: uno que es legal y concienciado, se compra el DVD, y tiene que aguantar que le incomoden, le amenacen y le acusen con un anuncio antipiratería profundamente desagradable, que no se puede saltar con el ‘fast forward’, y que los que se descargan gratis la película en internet, nunca ven. El comprador no puede evitar pensar si ha hecho bien en gastarse los euros y tontea un poco en la red…
Clásicos en condiciones lamentables. El mercado del DVD en España abunda de tal manera en ediciones penosas que hay que ir a comprar como quien pasea por un campo minado, e informarse antes en todo tipo de foros para evitar tirar el dinero. Desde la edición de varias temporadas de ‘Starsky y Hutch’ en las que faltan la mitad de los episodios sin explicación, hasta esa enorme cantidad de clásicos que está editando Impulso, casi siempre con copias malas, borrosas hasta lo increíble, con los formatos amputados o sin subtítulos en castellano. Las editoras que practican estos despropósitos son tantas que es difícil enumerarlas. Mientras tanto, gente que hace las cosas muy bien como Versus e Intermedio, además de cuidar la calidad de las copias, ofrecen extras como libretos, documentales, etcétera, pero sus esfuerzos quedan muchas veces ahogados por los despropósitos que ocupan lugares preferentes en las estanterías de Fnac y semejantes.
El Record Store Day. Las tiendas de discos pequeñas e independientes de Estados Unidos y Gran Bretaña celebran de vez en cuando el Record Store Day, con la intención de hacer fuerza, atraer a los melómanos compradores y evitar el cierre frente a las presiones de las grandes corporaciones y, de nuevo, las descargas gratuitas. Entre los ‘atractivos’ que ofrecen en ese día está la publicación de discos especiales en ediciones limitadísimas de muchos músicos importantes, que solo pueden comprarse ‘in situ’ ese día en las tiendas asociadas. Se agotan enseguida, claro, e inmediatamente aparecen en ebay a precios astronómicos. Es decir, el supuesto pequeño comercio independiente, favorece el capitalismo especulador, mientras el fan del músico en cuestión se queda sin poder conseguir el disco, a no ser que quiera pagar diez veces más de lo que el vinilo merece. El último ejemplo es un EP de Elvis Costello con cuatro canciones inéditas.
En medio de este panorama, el aficionado a comprar discos, DVD y libros (que no sólo aprecia la música, el cine y la literatura, sino también sus continentes), continúa evitando que los beneficios de las editoras caigan definitivamente a cero. Mientras tanto, los autodenominados internautas sigue defendiendo su bacanal frente a los legisladores cierrawebs, sin que nadie haga caso a la tercera vía del conflicto, la del consumidor maltratado.
Riamos un poco con lo mejor de Laurel & Hardy sin descatalogar…