Si tuviera que elegir sólo cinco compositores de bandas sonoras de la historia del cine, uno sería el británico John Barry, que ha muerto hoy a los 77 años. El británico encarna como pocos un cierto espíritu del cine de los 60, pero supo mantener fresco su talento tres décadas más sin renunciar a su gran virtud: crear melodías sencillas pero, por algún milagroso misterio, infaliblemente emotivas y perdurables.
Se recordará estos días su gigantesca aportación al imaginario de James Bond, con el famoso tema y las bandas sonoras de todas las primeras películas de la saga; también ‘Memorias de África’ y ‘Bailando con lobos’. Pero aparte de las bandas sonoras de películas como ‘La jauría humana’, ‘Abismo’ y ‘Cotton Club’, quisiera recordar una canción tremendamente evocadora, uno de los mayores éxitos comerciales de John Barry, y una de esas imperecedoras canciones de crooner (en el original Matt Monro), el tema principal de la película ‘Nacida libre (Born Free)’. Una de esas bandas sonoras, capaces de multiplicar por diez la calidad de una película, que en el caso de ese bonito y precursor alegato ecológico, tampoco estaba nada mal.