Gestión de la violencia
EN UN MUNDO MEJOR
Dirección: Susanne Bier. Intérpretes: Mikael Persbrandt, Trine Dyrholm, Ulrich Thomsem, Markus Rygaard, William Jhonk Nielsen. Guión: Anders Thomas Jensen. Director de fotografía: Mikael Presbrandt. Música: Johan Söderqvist. Nacionalidad: Dinamarca, 2010. Cine de estreno: Príncipe, Antiguo Berri, Trueba (excepto lunes).
RICARDO ALDARONDO
Lejos de la ambición y grandilocuencia de la “Babel” de Alejandro González Iñárritu, la directora Susanne Bier y el guionista Anders Thomas Jensen, hablan de lo universal desde lo íntimo, o viceversa, alternando dos escenarios muy distintos. En realidad, la parte africana de esta película que ha ganado el Oscar a la Mejor Película Extranjera no pretende hacer un análisis de lo que ocurre en ese continente, sino aportar un eslabón más en la cadena de acontecimientos alrededor de la violencia cotidiana que hay que aprender a gestionar sin saber cómo. En realidad, “En un mundo mejor” habla de padres e hijos, de soledades y abandonos, de pérdidas y de la inestabilidad que provocan, a veces con consecuencias peligrosas.
Ser médico concienciado con los desfavorecidos no garantiza nada: ese padre que está en proceso de separación de su mujer y ayuda a los desfavorecidos africanos tiene en su propia casa danesa la bomba a punto de estallar. Su hijo que sufre bullying y el amigo que le ayuda pero no sabe cómo asumir la pérdida de su madre, van conformando una serie de pequeños dramas en permanente peligro de acabar en tragedia.
Susanne Bier sigue con sus temas favoritos, la familia, el dolor interior, el azar más desestabilizador. Y sigue con ese pulso firme, esa forma de graduar el drama, y ese grupo de actores excelentes (a los que se añaden los dos espléndidos niños) que hacen creíble y contenidamente conmovedor todo lo que les ocurre a sus personajes. Bier no se regodea en la desgracia. Contrasta la oscuridad de algunas actitudes (ese niño Christian, tan frágil como aterrador), con la belleza melancólica y de intensos colores de los paisajes. Matices importantes en la delicada y espinosa cuestión que trata: si devolver o no el golpe a quien te pega, y cómo hacer que las violencias y tensiones de los adultos no se transmitan a los hijos en infinita espiral.
Crítica publicada en El Diario Vasco el 3 de abril de 2011