Return To Forever en el Auditorio Kursaal.
El retorno de Return To Forever al Kursaal, tres después
de su arrollador triunfo, se saldó en los mismos terminos: todas las
entradas vendidas y un público admirador de principio a fin, que acabó
de pie y en total complicidad con Chick Corea y los suyos.
El retorno de Return To Forever al Kursaal, tres después
de su arrollador triunfo, se saldó en los mismos terminos: todas las
entradas vendidas y un público admirador de principio a fin, que acabó
de pie y en total complicidad con Chick Corea y los suyos.
Esta vez la formación era algo distinta. Y los matices
nuevos no eran pocos, ya que se sumaba el bello sonido enigmático y
oceánico de Jean Luc Ponty, otro de los nombres señeros del jazz-rock de
los 70 al igual que el trío base de Return to Forever, Chick Corea,
Stanley Clarke y Lenny White. Instrumentistas virgueros, que se decía
entonces, a los que los años les suma experiencia pero no desgaste, con
dedos ágiles y manos firmes.
nuevos no eran pocos, ya que se sumaba el bello sonido enigmático y
oceánico de Jean Luc Ponty, otro de los nombres señeros del jazz-rock de
los 70 al igual que el trío base de Return to Forever, Chick Corea,
Stanley Clarke y Lenny White. Instrumentistas virgueros, que se decía
entonces, a los que los años les suma experiencia pero no desgaste, con
dedos ágiles y manos firmes.
Comenzaron conjuntados, y a la segunda pieza ya estaba
Stanley Clarke sobresaliendo sobre un funk-rock enérgico. Su
característica forma percutante de tocar el bajo es espectacular (a
veces tendente al exhibicionismo) y es capaz de llevar al mismo tiempo
la base y hacer dueto con el Chick Corea más veloz.
Stanley Clarke sobresaliendo sobre un funk-rock enérgico. Su
característica forma percutante de tocar el bajo es espectacular (a
veces tendente al exhibicionismo) y es capaz de llevar al mismo tiempo
la base y hacer dueto con el Chick Corea más veloz.
Tras 45 de jazz-rock puramente setentero, formas muy
determinantes de una época que siguen teniendo legión de admiradores,
Return To Forever giraron a un formato más acústico para dar
protagonismo al sonido trabajado con ecos del violín de Ponty y su
‘Renaissance’, con amplia sucesión de solos, incluyendo de nuevo a un
Clarke que cabalga sobre las cuatro cuerdas a la vez. El batería Lenny
White tuvo también momentos espectaculares. Y los cuatro jefes hablaron
lo suyo a una audiencia a la que se mostraron sumamente agradecidos. La
loa de Corea a su país favorito en ‘Spain’, incluyendo el fragmento del
‘Concierto de Aranjuez’ con Ponty, empujó al apoteosis que cristalizó
con ‘School Days’, el ‘Smoke on the Water’ del jazz-rock.
determinantes de una época que siguen teniendo legión de admiradores,
Return To Forever giraron a un formato más acústico para dar
protagonismo al sonido trabajado con ecos del violín de Ponty y su
‘Renaissance’, con amplia sucesión de solos, incluyendo de nuevo a un
Clarke que cabalga sobre las cuatro cuerdas a la vez. El batería Lenny
White tuvo también momentos espectaculares. Y los cuatro jefes hablaron
lo suyo a una audiencia a la que se mostraron sumamente agradecidos. La
loa de Corea a su país favorito en ‘Spain’, incluyendo el fragmento del
‘Concierto de Aranjuez’ con Ponty, empujó al apoteosis que cristalizó
con ‘School Days’, el ‘Smoke on the Water’ del jazz-rock.