Sólo puedo decir que me ha encantado. No sé si es bueno o no, si esos poemas son innovadores, si tienen la métrica adecuada, si ese poeta que siempre pensé que era guionista, tiene voz propia y está entre los grandes.
Su libro, ‘Moscas en los incunables’ es pequeñito, corto, esencial. No sé calificarlo ni clasificarlo, ni analizarlo, porque apenas sé de poesía, si descontamos la contenida en las canciones.
Soy de los que casi siempre ve el poema como un enigma impenetrable y envidia a los que experimentan lo sublime al leer poesía, a los que se entusiasman con ella.
Pero los enigmas de Michel Gaztambide tienen el poder de persuasión del ‘thriller’. Y la melodía, la cadencia acogedora, de la canción que te engancha a la primera, pero sabes que la pondrás muchas más veces. Esos elepés de vuelta y vuelta. Por fin, ese entusiasmo.
Dice el prólogo-poema del libro:
El cabrón de Karmelo
me pasa una ristra de poemas.
Casi todos buenos, además,
como siempre.
Puede hablar y habla
de su vida y las de otros;
20 o 25 poemas
hasta cientos.
Y tú, Gaztambide,
¿de qué puedes hablar?
Calla entonces.
No te calles, Gaztambide, no te calles.