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Ricardo Aldarondo

Mon Oncle

Confianzas y confidencias con Cowboy Junkies

En los últimos años había perdido la pista a Cowboy Junkies: me pareció que su sonido se había vuelto muy standarizado, como intentando dar el salto definitivo a los grandes públicos, quizás también perdiendo la inspiración de aquel ‘The Trinity Session’ que tanto nos encandiló hace veintipico años. Pero el concierto de ayer en el Kursaal de San Sebastián fue la confirmación de lo que ya había intuído en la entrevista que leí el mes pasado en Rock de Lux: Cowboys Junkies están en un momento álgido, plenos de creatividad, centrados en su verdadero espacio (sin discográfica, con su web como único hogar y madre) y abrazados a su sonido más genuino y auténtico. El concierto fue un gran placer de principio a fin.

Con una disposición escénica que nos hacía sentirnos en su local de ensayo, o así, pero con el calor de un público que casi llenó el recinto, Cowboy Junkies aparecían como una verdadera familia que nos acogía en su intimidad.

La voz de Margo Timmins sigue inmaculada, de una belleza sobrecogedora, capaz de convertir cualquier canción, propia o ajena, en un bálsamo, en un acogedor abrigo, que sin embargo siempre mantiene algo inquietante, una cierta tensión. Dando explicaciones, situando las canciones como una perfecta pero nada afectada anfitriona, Margot contó cómo acaban de terminar de grabar el último de los cuatro discos que se propusieron completar en 18 meses. Los dos primeros ya están disponibles, y a ese corpus amplio y variado, que incluye un disco con versiones de Vic Chesnutt, dedicaron la primera parte del concierto “y luego ya tocaremos ‘Sweet Jane’”, bromeó tranquilizadora.

Podría ser descorazonador para el grupo que sus canciones más celebradas y esperadas sean las de otros autores, pero es que sus versiones suenan tan personales, sin desmontar en absoluto la canción original, que se pueden considerar tan suyas como de Lou Reed, Neil Young, Vic Chesnutt o Bruce Springsteen que reinterpretan.

 

El día antes del concierto había leído la sección de comentarios de los fans en su web. Vi que un chico hablaba de cuánto le gusta y cuánto significa para él la canción ‘To Love is To Bury’, que nunca les había visto en directo, y que iba a venir desde una población francesa a 150 km de San Sebastián para ver a Cowboy Junkies. Y soñaba el fan francés con escuchar ‘To Love is to Bury’, una de las más bonitas canciones del fabuloso ‘The Trinity Sessions’. Comprobé que no la están tocando en esta gira, al menos no aparecía en los set list que estaban disponibles. Y supuse que ese fan se iba a quedar sin su canción favorita. Pues bien, Margo Timmins explicó en el Kursaal que había leído el comentario, buscó al autor de la petición entre el público, lo halló en primera fila y le dedicaron un ‘To Love is To Bury’ tremendamente emocionante.

En ese clima de confianza, confidencia y cercanía se desarrolló todo el concierto, en el que no solo destacó la voz de Margo, también las guitarras atmosféricas, a veces tormentosas, a veces acariciantes, de Michael Timmins. Y la mandolina electrica que Jeff Bird casi nunca utiliza con su sonido original, sino traspasándola por distorsiones, ecos y slides, creando pasajes muy estimulantes. También su armónica alcanza raros y conmovedores sonidos.

Después de la primera parte recorriendo las cuatro fases de ‘The Nomad Series’ (en la que yo destacaría la preciosa canción ‘I Cannot Sat Sadly by Your Side’ que dio pie a contar la estancia de Michael en China, de la que volvió con montones de canciones nuevas), ‘The Trinity Session’ fue el disco más visitado, con ‘Misguided Angel’, ‘Dreaming My Dreams with You’, ‘Sweet Jane’, ‘Working on a Building’ y el mencionado ‘To Love Is To Bury’, si la memoria no nos falla. Ya estábamos encantados con la versión que hicieron de ‘Don’t Let It Bring You Down’ de Neil Young, (una de las 200 canciones, o así, que han colgado en la web no grabadas en discos oficiales), pero el remate fue el regreso final a Young con la doblemente gloriosa ‘Powderfinger’, por la original y por la versión.

Contó Margo en su largo speech final que por la tarde había disfrutado mucho del espléndido día que hacía en San Sebastián, y que subió andando al monte Urgull pero no logró encontrar el bar que le habían dicho que había en el camino. Luego citó a los fans a la salida. Y unos cuantos se quedaron charlando con ella a Kursaal cerrado. Ahora a ver qué cuenta en el ‘tour diary’ que mantiene en www.cowboyjunkies.com

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Sobre el autor

Periodista de Cultura y crítico de Cine de El Diario Vasco. Colaborador de Rock De Lux, Fotogramas y Dirigido Por...


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