En este lunes no viene mal un poco de calma, un disco íntimo e introspectivo como el que acaba de publicar el muy prolífico, autogestionado y dicharachero Darren Hayman. Desde que se deshizo hace ya casi diez años su grupo Hefner, este hiperactivo cantautor con figura de dibujo animado no ha parado de crear discos en solitarios, grupos esporádicos, colaboraciones variopintas, discos limitados de todos los tamaños y formatos, o proyectos enloquecidos pero de brillante resultado como las ‘January Songs’, 31 canciones que compuso, grabó y publicó en internet, una cada día, el pasado mes de enero. Estos días, por cierto, toca las 31 canciones en dos conciertos seguidos.

Entre los multiproyectos de Darren Hayman, el más ortodoxo es la publicación de ‘The Ship’s Piano’, su nuevo disco en solitario, todo él alrededor de una idea: ver qué sacaba del ‘piano de barco’ que se compró hace poco. Un piano pequeñito, una especie de piano-escritorio que, con lógica, ha deparado unas canciones intimistas, delicadas, punteadas con el fino sentido del humor de Hayman (véase la rima entre “cuckoo”, “tutu” y “to do” en la canción ‘Cuckoo’), todas ellas espléndidas. Un disco delicioso de principio a fin, y que muestra a Darren Hayman en inagotable inspiración.

Hace unas semanas estábamos en Londres, cuando Darren Hayman tocaba en un pub, el Albany. Son cosas que sólo te puedes encontrar en Londres, supongo. En realidad el concierto era en el sótano del pub, un cuadradito con su barra de bar, en el que estaban dispuestas 50 sillas y taburetes de distinta forma y tamaño y no había espacio para más. El chico y la chica que montaban el concierto tomaban nota de los nombres de los que habíamos reservado el sitio por internet. En el escenario, una plataforma en una esquinita y solo un foco que apenas iluminaba al artista.

Tras dos teloneros, Darren Hayman fue desgranando solo con su piano las canciones de su último disco, en un par de ellas en compañía de un trompetista, y algunos del pasado. Es un entertainer estupendo, que sabe pasar del humor de las presentaciones entre canción y canción, al ambiente melancólico e irónico de sus composiciones. Y tiene un sólido refinamiento british entre ese aspecto desgarbado. En una de esas peroratas, entre canción y canción, de pronto Hayman soltó algo sobre “basque separatists”. No entendí bien lo que dijo, era como un apunte momentáneo a lo que estaba contando.

Cuando terminó el concierto, me acerqué a él, le felicité por la veladad y le dije: “Soy vasco aunque no un ‘basque separatist'”. Pegó un bote, abrió su generosa boca y los ojos saltones, antes de soltar un largo “¡¡Ooooohhh my Goooood!!”. No imaginaba, claro, que entre esas 50 apretadas personas que constituía la audiencia del local pudiera hablar dos vascos. Recordó que cuando estuvo tocando en Bilbao se había producido un atentado cerca de allí ese mismo día, y eso le impresionó. Y después de un segundo de concentración me dijo: “Eskerrik asko”. Se acordaba.

Luego en el puesto de venta de discos estaban sus últimos artefactos: la edición en CD de las ‘January Songs’, con un dibujo exclusivo del propio Hayman en cada uno de los 1.500 ejemplares editados, un single también con portadas hechas a mano una por una, sus trabajos con The Secondary Modern y colaboraciones con The Wave Pictures, o el vinilo de 10” ‘Christmas in Haworth’, que incluía en su interior una bolsita de té y una receta para un pastel. Este disco acaba de ser publicado oficialmente, con el vídeo que añado (‘Photos Like Postcards’), junto a dos de las mejores canciones de ‘The Ship’s Piano’ con sus vídeos también.

Darren Hayman – I Taught You How To Dance (Official Video) from Darren Hayman on Vimeo.

The Ship’s Piano from Darren Hayman on Vimeo.

Photos Like Postcards from Darren Hayman on Vimeo.