Tengo la sensación de que pasó muy desapercibida en su momento, pero The Walker (2007) merece ser recuperada. Primero, para cubrir un eslabón más en la carrera del guionista de Taxi Driver y Toro salvaje, y el director de espléndidas películas como El beso de la pantera, Mishima, El placer de los extraños y Aflicción, que si bien en los últimos años puede parecer algo errática, siempre tiene puntos de interés. Y después, porque The Walker es un interesante relato sobre cómo se mueve un personaje peculiar en los vericuetos de la alta sociedad, principalmente femenina, y se ve implicado en un crimen. Y es también una revelación de un Woody Harrelson sorprendente, muy alejado de su imagen más dura, convertido en un homosexual sofisticado, amanerado y atormentado, ese ‘paseador’ o acompañante de señoras de senadores y otros poderosos en actos sociales y tardes de compras en tiendas exquisitas. Él las cuida, las entretiene, las hace sentirse queridas, incluso carga con sus mayores pesos, no los de los paquetes del shopping, sino los morales.

Paul Schrader elabora un mundo más elegante y perfumado que el que le identificó a finales de los 70 y primeros 80, y una estética sofisticada, pero poco a poco va desvelando sentimientos más sórdidos, esa otra capa de la sociedad que, de diferentes maneras, destapó en las historias de Taxi Driver, Hardcore, un mundo oculto, Posibilidad de escape o American Gigolo, película que Paul Schrader emparenta directamente con The Walker.

Woody Harrelson hace un trabajo extraordinario para transformarse en un personaje que oculta bajo esa sofisticación y esa perfección en el saber estar, una soledad y amargura personal que lleva con discreción. Sin ningún histrionismo, sin evidenciar el ‘tour de force’, se transforma en un Carter Page fascinante, aupado por los muy notables diálogos del Paul Schrader guionista. Junto a él, dos actrices infalibles, Kristin Scott Thomas y Lauren Bacall, entre otras.

A Contracorriente Films ha editado ahora The Walker en DVD, lo que no solo es una estupenda ocasión para recuperar la película que vimos en el Festival de Berlín de 2007, sino para disfrutar de toda una lección de cine a cargo de Paul Schrader, a través de la entrevista de una hora con el director que se incluye entre los extras. Un coloquio con el público al término de una proyección de la película en el BFI en el que Paul Schrader evidencia las dificultades de financiación con que se encuentra en estos tiempos para hacer cada una de sus películas, pero al mismo tiempo muestra un entusiasmo y una apertura de miras hacia el cine que lo convierten en un término medio entre el cineasta experimentado y el ‘outsider’ dispuesto a meterse en terrenos desconocidos. Desvela que no parecía fácil que Woody Harrelson llegara a meterse en un personaje así, de sus periódicas cenas con Martin Scorsese, de las conexiones de The Walker con su anterior filmografía, y de su pasión por el cine, del cuál ha sido una parte bien importante, desde los años 70. Y revela también de dónde le vino la inspiración: su agente suele ejercer de cuando en cuando de acompañante social de Lauren Bacall.