Dices que Dave Brubeck ha muerto y quizás no muchos a tu alrededor se sientan conmovidos, posiblemente no les diga nada ese nombre si no son aficionados al jazz. Pero les pones Take Five y, ay amigo, salta la admiración y la pena por la pérdida de un nombre clave en el jazz y en la música popular, porque quizás nadie como él consiguió ese punto de inflexión. Jazz instrumental y hit, dos conceptos que pocas veces casan, se dieron la mano con este tema del Dave Brubeck Quartet que vendió millones y formaba parte del seminal álbum Time Out. Y eso que tenía un ritmo inusual, pero sensual, el 5/4 que daba título a la composición.
Hay unas cuantas melodías inagotables que, por muchas veces que las oigas, por mucho que te machanquen con las versiones más sublimes u horribles, por mucho que las mancillen en anuncios televisivos y reportajes tópicos, nunca pierden su elasticidad emocional, su melancolía desarmante, su capacidad evocadora. Resultan conmovedoras una y otra vez. Siempre he tenido en esa especial categoria a Take Five, What a Wonderful World, Nature Boy, Johnny Guitar, Why Don’t You Do Right, Brother Can You Spare a Dime y unas pocas más. No son solo standards magnificos, sino bastante más, en la categoría de lo sublime.
Pero casi nadie suele saber de quien son esas popularísimas melodías, nada comparable a Yesterday o Satisfaction. Por eso, para decir que, lamentablemente Dave Brubeck ha muerto, es mejor poner Take Five, aunque hizo muchísimas cosas más y otros álbumes fantásticos. Aunque ni siquiera la melodía es suya, sino del espléndido saxofonista de su cuarteto, el modestísimo Paul Desmond. Uno u otro, juntos más bien, con Joe Morello y Eugene Wright, consiguieron que cualquiera que no tenga aprecio por el jazz, caiga rendido ante esta sencilla perfección.