Debería haberle cogido un poco de tirria porque cuando me lo presentaron estaba despotricando del Drácula (1931) de Tod Browning y eso es grave. Juan y yo intentábamos aleccionar al jovenzuelo, pero no entraba en razón. Como quiera que la cosa acabó entre risas y con propósitos de enmienda, que se repitieron hace unos días […]