Es ya un clamor popular que este año la programación de la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián viene especialmente atractiva. No es una programación desbordada, como otras, que estamos en tiempos de restricción. Pero por H o por B, por B o Z, prácticamente todos las películas tienen un interés y un atractivo a priori, y por muy distintas razones, lo cual siempre es bueno y deseable.
La 24 edición de la Semana de Terror, con Javier Gurruchaga y Popotxo como ilustrísimos mitos del cartel, comienza esta tarde, con unos desfiles de tamborreros zombies por el Boulevard, y a las 19.45, con la sesión inaugural y la película The World’s End. He aquí un top 10 de favoritas a priori, en atención a apetencias y circunstancias personales que, por ejemplo, no me permitirán asistir a las sesiones de las películas de Gabe Bartalos o Noboru Iguchi, autores que como bien se sabe, cumplen una función socializadora, a la par que despiporrante, en el inigualable microcosmos del Principal. Elegimos las diez más bien en función de sus promesas cinematográficas, referencias externas y por el siempre eficaz sistema del capricho o la curiosidad.
Recuerden que a pesar de la famosa y jolgoriosa cola que agota los abonos disponibles mucho antes de que empiece el Festival, siempre quedan entradas para bastantes de las sesiones, especialmente entre semana. Aprovéchenlas.
Todas las sesiones comenzarán así: prepárense para las reacciones de la platea y el anfiteatro del Principal… Es obra de Angel Aldarondo/Kosmikar.
24th Horror & Fantasy Film Festival from Angel Aldarondo // Kosmikar on Vimeo.
Perdón por empezar justo por la que más alejada puede estar del terror y el fantástico como géneros, pero tiene una pinta estupenda la nueva película del director belga de Ordinary Man (2005) y el documental Vampires (2010) y viene con rumores de cine de alto nivel. Es un drama familiar sobre los abusos sexuales en el entorno de la iglesia, pero atravesada por puntos de humor e irreverencia, al parecer.
La película de clausura es lo último de Neil Jordan, director al que tanto apreciamos en sus tiempos de gloria de gloria en el género, En compañía de lobos (1984) y Entrevista con el vampiro (1994), o fuera de él, Mona Lisa (1986) o El buen ladrón (2002), y que después de una década de poca actividad puede volver a dar lo mejor de sí en esta vuelta al terror, con dos hermanas que convierten una pensión en una casa de citas en un pueblo costero. Y lo que es más inquietante: llevan 200 años alimentándose de carne humana. Una de ellas es la Saoirse Ronan de Hanna; la otra, la Gemma Arterton de Hansel & Gretel.
Ah, la apuesta más peligrosa. Una de las que provocó más encontronazos dialécticos en Sitges. Para la crítica Beatriz Martínez, la número 1 de lo que vio en ese festival y eso es algo a tener en cuenta. También que unos dicen que es un homenaje al giallo y sus intensos colores, lo cual también resulta atractivo. Pero otros cuentan que no lo es en absoluto, y que se acerca más al videoarte que al cine, y eso es para echarse a temblar. Producción franco-belga, esteticismo a raudales, envoltorio arty acorde con el Festival de Locarno donde despuntó y unos cuantos planteamientos sobre dominación femenina y masculina. Imperdible, con todos los riesgos. De los directores de Amer (2009), Hélène Catter y Bruno Forzani.
En persona ya lo tuvimos el mes pasado en el Festival de San Sebastián, así que aquí está lo que necesitábamos ahora de Bill Plympton: la nueva película del dibujante y animador doméstico, artista, incisivo, imaginativo, divertido, punzante. Su obra ha ido en paralelo a la celebración de la Semana de Terror, así que es un honor y un deber el reencuentro con él, que nos presenta a un chico y una chica que se conocen en unos autos de choque, se casan y están dispuestos a ser muy felices… Eso, estando detrás Bill Plympton, es de lo más prometedor…
Los estudiosos del lado más nerd, desafiante o incontrolado de la adolescencia saben que tienen en el cineasta británico Edgar Wright a todo un analista de comportamientos y circunstancias entre lo extravagante y lo increíblemente cotidiano. Zombies Party (2004), Arma fatal (2007) y Scott Pilgrim contra el mundo (2010) alimentaron su culto, y ahora propone este reencuentro con un grupo de amigos que ya no son adolescentes, dejaron esa etapa veinte años atrás. Pero como si lo fueran, cuando se encuentren con que el pub The World’s End en el que pensaban beber como en los viejos tiempos, puede tener un nombre demasiado literal. Gamberrada garantizada para inaugurar hoy mismo la Semana.
Dos ex jugadores de beisbol deambulando por las carreteras de Nueva Inglaterra, una tierra dominada por los zombies en los que estos dos losers deambulan soñando con la estabilidad. Se publicita con lo escaso de su presupuesto, cosa que desde luego no tiene por qué ser un valor; y lo de los zombies no le atrae a uno mucho; pero entre que promete una banda sonora indie y que parece tener un corazón reflexivo y apesadumbrado, más que loco o sangriento, damos un voto de confianza al director estadounidense Jeremy Gardner en su primera película.
Una película en torno a un serial killer que se presenta con ese título y con el argumento “un apocado joven neoyorquino de mediados de los años 70 ve cómo su vida cambia completamente cuando es expuesto a los particulares sonidos de una nueva corriente que arrasa en la ciudad: la música disco”, no puede ser anodina. Algo tendrá, además de una banda sonora y una dirección artística del propio director, el canadiense debutante Renaud Gauthier.
Sea porque tenemos entre los mitos de niñez Estación polar cebra (John Sturges, 1968) y de adolescencia El enigma de otro mundo (Christian Nyby, Howard Hawks, 1951), el caso es que una película que tiene una estación en su título, un glaciar en su interior y unos científicos (meteorólogos) descubriendo algo extraño en la vida salvaje de los Alpes, no nos puede dejar indiferentes. Además es austríaca ambientada en el lado alemán de las montañas, con lo que eso pueda significar. Segunda película de Marvin Kren.
Con ese título, y con las risas que nos han contado que se echaron en Sitges, no podemos dejar de lado a las animadoras que pueden provocar estragos en el Principal. Codirigida por Lucky McKee, el de May (2002) y The Woman (2011); y Chris Sivertson, el de Sé quién me mató (2007).
Tiene todos los ingredientes para ser la-típica-peli-de-terror-con-gente-que-cae-en-un-hotel-de-carretera-y-se-topa-con-un-tipo-peligroso… pero la protagonista es la carretera, y dicen que nada se desarrolla de la previsible manera en este primer largo del director británico Jeremy Lovering que hasta ahora había dirigido capítulos de series televisivas, incluyendo uno de Sherlock.