No suelo pedir recomendaciones porque uno se basta solo para tener un desborde total de libros por leer, como para añadir más ansiedad a la pila de deseos aplazados. Y mis dos libreros de cabecera tienen el buen gusto de no hacer recomendaciones si no se les pide o se les da pie de forma explícita. Curiosamente, cada uno de ellos ha incumplido la regla una sola vez, sin motivo especial. Y en ambas ocasiones han acertado de pleno. En el caso que nos ocupa, la novela La estratagema, de Léa Cohen, que me recomendó a botepronto Santi de la cautivadora, en lo estético y lo ético, librería Donosti en la ciudad del mismo nombre, el librero jugaba con ventaja: recomendar una edición de Libros del Asteroide se ha convertido en un valor seguro. Solo por el gozo de tener uno de esos ejemplares entre las manos, tan primorosamente editados aunque sin alharacas, ya merece la pena la inversión, pero además esa editorial ha conseguido lo más raro y difíicil, que te fíes del sello tanto o más que del autor o del argumento de la novela que vas a comprar y leer. La capacidad de Libros del Asteroide para encontrar autores, del presente y del pasado, insuficientemente conocidos o traducidos al español y sin embargo excelentes o extraordinarios, y hacerte descubrimientos de largo recorrido, está resultando asombrosa.
La búlgara Léa Cohen ha escrito ocho novelas, pero La estratagema es la primera que se publica en España. Y ni siquiera es la última que ha escrito, sino la cuarta, y se publicó originalmente en 2006. Pero con el criterio de calidad por encima de actualidad que suele usar Libros del Asteroide, cabe pensar que sea la mejor. Es una autora curiosa: además de escritora, tiene otras facetas muy distintas, es musicóloga y también diplomática y se dedicó a la política desde los cambios que se produjeron en su país a partir de 1989. Sin esfuerzo aparente, combina todas esas facetas en el argumento de esta novela que es muchas cosas al mismo tiempo, sin que ninguna domine a la otra y, sobre todo, sin que provoque una sensación de batiburrillo o dispersión.
Bien está internarse un poco en la evolución de un país que siempre parece estar al fondo, como Bulgaria, pero La estratagema no es una novela política, ni siquiera sociológica. Sin embargo las distintas etapas que ha atravesado el país desde los años 30, con los años del Telón de Acero como punto central, quedan muy bien descritas como condicionante total del devenir de los personajes. Tiene técnicas y tensiones de la novela de espionaje, pero no es un clásico thriller, ni mucho menos. Recorre varias generaciones de diversas familias y sin embargo no es una novela-río, ni una prolija descripción de decenas de personajes cruzados. Sobre todo habla de sentimientos, amistades férreas, engaños y suplantaciones, pérdidas y amores rotos, pero al mismo tiempo es un mecanismo muy bien pensado y estructurado, como el misterioso plan de corte económico que condiciona a la mayoría de los personajes.
Y especialmente admirable resulta la forma narrativa de Léa Cohen, que fluye con naturalidad y se lee apasionadamente a pesar de tener una estructura realmente compleja: continuamente salta de tiempo y lugar, la historia se va contando desde los puntos de vista de diferentes personajes, los cuatro principales, y los detalles del puzzle se van revelando desordenada pero claramente. Pero evitando una vez más la vulgar estratagema, Léa Cohen tampoco se apunta a la calculada filigrana ni al rompecabezas forzado propio del género de espías o de intrigas cercanas a la prestidigitación. Es una intriga emocional, más que política, un espionaje en las relaciones del tú a tú, allá donde nacen las fidelidades, las traiciones, las dictaduras y los consensos. Y una investigación de cómo los estamentos públicos sin forma ni cara determinan y a veces anulan las vidas privadas.