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Ricardo Aldarondo

Mon Oncle

Neil Halstead en San Sebastián (y Zarautz): más vale pájaros que plátano

Uno tenía una sensación algo agridulce ante el concierto de Neil Halstead del pasado viernes: cualquier ocasión de escuchar a uno de los mejores songwriters de las últimas dos décadas en mi opinión, es de celebrar. Pero como venía embarcado en una gira con el encargo de tocar entero el disco Velvet Underground & Nico o sea, el del plátano, no podíamos evitar la nostalgia de no poder escuchar algunas de las decenas de canciones extraordinarias que ha creado Halstead, con Slowdive, Mojave 3 o en solitario. Estas iniciativas de invitar a un grupo a que reviva un disco de un grupo ajeno tienen su gracia y su intriga, pero frustran un poco cuando se trata de artistas que no tienes muchas ocasiones de ver en directo. Claro, que el disco a acometer era otra joya, así que apetecía, y mucho, de todos modos la cita en Intaxurrondo (San Sebastián), otra de las bendiciones que nos va trayendo el circuito Donostikluba.

Y es que, además, da casi lo mismo lo que cante Neil Halstead con ese prodigio de voz, que no tiene seguramente ninguno de los atributos que se les exigen a las grandes voces, más que pura belleza y sentimiento. Canta quedo, canta suave, y te echas a temblar ante tanta calidez y hermosura.

Podía parecer raro, una voz tan delicada y susurrante tratando de adaptarse a todos los registros del primer Lp de Velvet Underground, de lo más aterciopelado a lo más crudo. Pero Neil Halstead adaptó el repertorio (todo el álbum, en orden) a su modo. Sin ocultar que es más de surf que de underground, más de sol que de sótano, aunque en realidad todo ocurra en más bien en la intimidad de una habitación. Con los matices, para bien y para no tan bien que introducía su banda. Un guitarrista que no pegaba mucho ni en aspecto (cerca del gothic pop ochentero) ni en actitud (demasiada pose) y cuyo sonido, con el ampli excesivamente alto, se imponía aunque sí que sirvió alternativamente para los pasajes más eléctricos. La teclista y cantante Kezia, que actuó en solitario en la primera parte, renuncio a hacer de trasunto de Nico, pero funcionó bien con las voces de apoyo a Neil.

Y Halstead brilló, de principio, con Sunday Morning, una de las canciones que le venía al (tercio)pelo para su voz. Lo mismo con Femme Fatale, que hicieron tras un Waiting For The Man bastante personal. Venus In Furs la cantó muy sentida, al igual que All Tomorrow Parties, aunque quizás les faltó algo de gravedad y contundencia por parte de la banda.

Run Run Run y Heroin quedaron intensísimas, a pesar de que en la segunda renunciaban a los acelerones rítmicos del original. En cambio, en There She Goes, que parecía la más fácil de reproducir, tropezaron dos veces, reiniciando la canción como en un ensayo, y a duras penas completaron los dos minutos y medio de la pieza. Ellos y nosotros deseamos que pasaran a la siguiente. Y el equilibrio se restableció., con un precioso I’ll Be Your Mirror.

Como ocurre en el disco, el climax no está al final, porque ni The Black Angel’s Death Song ni European Son están entre lo mejor del disco, pero ahí desarrollaron un poco más los temas, que básicamente duraron como en el disco original.

Como bis, Neil Halstead salió sólo con la guitarra acústica y nos dio lo que en el fondo más deseábamos: sus propias canciones desnudas. Cuatro porciones de belleza absoluta, empezando con uno de los más populares singles de Mojave 3, Who Do You Love, e incluyendo esa Tied To You, de su último álbum hasta el momento, Palindrome Hunches, el de los dos pájaros en la portada, que parece el más respetuoso homenaje a Nick Drake, con las mismas inflexiones de voz y el mismo tipo de guitarra y melodía, reviviendo al mito como otros muchos han intentado y nunca han logrado. Pero también fue puro Halstead en Full Moon Rising, con la que se despidió. Resultó un cuarto de hora maravilloso, sin desmerecer lo que habíamos disfrutado escuchando por primera vez en directo un disco tan mítico como The Velvet Underground & Nico, pero que nos tomamos como aperitivo de una próxima visita que esperamos sea cuanto antes. y ya sin encargos que cumplir.


P.D.: El gran privilegio estuvo en la librería Garoa de Zarautz. Dentro de los ciclos que hacen de tertulias con concierto, o viceversa, se dieron el lujazo de llevar a tan escogido lugar a Neil Halstead para que diera un concierto exclusivo, que se anunció pocos días antes de su celebración, casi como un secreto para la muy selecta y escueta (por las dimensiones del local) audiencia que logra sitio en cada uno de los actos de los llamados Paperuzko Kontzertuak (Conciertos de papel). Habitualmente mezclan canciones interpretadas por el músico con una tertulia con el público, pero Neil Halstead se concentró en las canciones y dio un concierto intimísimo, para unas 40 personas (aforo completo) solo con su acústica, después de pegarse la paliza de ir el sábado a dar un concierto a Olot y volver a Gipuzkoa. No pude ir, y bien que lo lamenté, porque estaba en otra misión (véase el próximo post en Mon Oncle). Pero he escuchado cómo Neil Halstead hizo de nuevo Who Do You Love y Tied To You, y otro puñado de canciones de Palindrome Hunches además de piezas anteriores como Driving with Bert, Oh! Mighty Engine o Martha’s Mantra For the Pain y, oh ventura, la fabulosoa Return To Sender que, ante la invitación de Halstead a hacer peticiones, escogió inmejorablemente un espectador. Yo, además, de haber podido, le hubiera pedido Prayer for the ParanoidIn Love with a View y She Broke You So Softly, todas del mismo disco de Mojave 3, esa joya de disco que es Excuses For Travellers. Y tantísimas otras… (Gracias a Juan G. Andrés y Oier Aranzabal por la información!)

Neil Halstead y gente con mucha suerte, en Garoa. Foto: Juan G. Andrés.

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Sobre el autor

Periodista de Cultura y crítico de Cine de El Diario Vasco. Colaborador de Rock De Lux, Fotogramas y Dirigido Por...


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