Mientras continúan los agoreros lanzando sus proclamas sobre la desaparición del libro tradicional en favor del libro electrónico y siguen dando la turrada los que se empeñan en anunciar continuamente la fecha de caducidad de las actuales redes sociales y de cualquier otra cosa, Facebook anuncia la posibilidad de plasmar tus mensajes en un libro de papel, con su encuadernación, y quien sabe si con tapa dura y grabados en oro. Todo va a ser ciberespacio en el futuro y de nada servirán los objetos físicos, nos aseguran los yanquis tecnológicos, pero por si acaso Facebook lanza esta posibilidad que viene a ser un modo de tranquilizar al usuario: sus creaciones no se perderán en el cementerio de los chips, esas cosas que escribió para su comunidad desde el fondo de su corazón quedarán guardados en su cajón más preciado.
Se diría que el formato libro y la materia del papel siguen siendo imprescindibles para dar credibilidad y un sentido de las posteridad a las cosas, incluidas las de la más alta tecnología. Hay que ver cuántos telepredicadores o famosos efímeros tratan aún de dejar huella (o sacar un dinerito) colocando cientos de ejemplares en las librerías de alguna biografía o alguna memoria inservible que les contagie la elegancia de una librería. Ahora también el todopoderoso y arrasador Facebook necesita la seguridad del papel. O quizás se trata solo de una forma más de negocio.