Lo dicen algunos críticos nacionales, lo escribí a mediados de Festival y lo mantengo: ha habido tres películas sobresalientes en la Oficial (‘The Deep Blue Sea’, ‘Kiseki’ y ‘No habrá paz…’) y con eso uno se conforma para dar un alto valor al buque insignia del Festival. También hay quien alega que no hay habido una película redonda pero, ¿cuál lo es? ¿Qué esperamos exactamente? ¿Una sucesión de obras maestras? ¿Acaso son redondas ‘El árbol de la vida’ y ‘Melancholia’, lo más comentado del último Cannes? De la Berlinale solo recuerdo una película sobresaliente, ‘Nader y Simin’.

Además ha habido otras dos muy notables (‘Le Skylab’ y la portuguesa ‘Sangre de mi sangre’), unas cuantas más que correctas (‘Rampart’, ‘Americano’ ‘Las razones del corazón’…) y solo un par de discutible inclusión. Diversidad a raudales. Si hay algo que no cambia de año en año en San Sebastián, es cierta mirada hiperexigente y altiva de parte de la crítica y la opinión en general.

El público parece haber disfrutado bastante más de una programación general que ofrecía verdadero stress de apetencias para cualquiera que guste del cine. El carácter de José Luis Rebordinos se ha notado y para bien en todo los rincones del Festival. Estoy de acuerdo: ha habido mucha vida en esta edición. Gente por doquier, presencia y entusiasmo de los profesionales de la industria (en twitter abundan las felicitaciones a ‘Rebor’), recuperación de las fiestas de inaguruación y clausura (el Miramar sigue siendo el lugar perfecto), una inauguración potente, público de todo tipo, y suficiente famoseo para que las cámaras no decaigan y la selección de Oficial, son cosas que claramente han mejorado respecto al año pasado.

Falta que todos los artistas implicados vengan: demasiados actores y un director de Oficial que no han venido. Alguno ya ha puesto siglas a la nueva era: ZR1, Zinemaldia Rebordinos año 1. Que el segundo sea mejor.

Ricardo Aldarondo

(Publicado en El Diario Vasco el 26-9-2011)