Loreak Mendian celebraba los diez años de su tienda de la calle Hernani y no podían hacerlo de otra manera que invitando a subir a escena a dos amigos y convocando a otros muchos como público. Single era EL grupo para ese party, y el monte, aunque sea la falda de Urgull, el lugar indicado. Así que en cuestión de días pasamos de tener entre manos el nuevo single de Single, a poder verles en directo en San Sebastián, para comprobar hasta qué punto es inagotable la capacidad de sorpresa y la excelencia en la interpretación del dúo formado por Teresa Iturrioz e Ibon Errazkin.

Como dijo Teresa en escena, todo eran caras conocidas entre el público, gentes que había llegado de El Cairo, Londres, Albacete, Murcia, Zaragoza y Elgorriaga, además de los de casa, para verles, según especificó. Era la primera vez que veíamos su más austero formato en dúo, sin las voces de Tito y los teclados de Joan, pero la primera sorpresa de la noche fue la capacidad de Teresa e Ibon para llenarlo todo con voz y guitarra, más algunas bases pregrabadas. Y el Guardetxe de Urgull se convirtió en su cabaret.

Cual diva doméstica siempre envuelta en ironía y desbordante de gracia natural, Teresa salió entre el cortinaje ya cantando la primera canción, una versión que, como todas las demás que hicieron, parece composición propia, tal es su arte para escoger entre lo ajeno. Son capaces de hacer creer que el pasado les imita a ellos, y no al revés. De ese ‘Amor en fuga’, al genuino rapeo de ‘Pio pio’. Las cosas que Teresa hace con la voz, ahora a pelo, sin envoltura de sofisticados arreglos musicales, son cada vez más asombrosas, propias de gran cantante sin límites ni etiquetas. Fue asombroso su dominio, su estilazo, su disfrute de cada una de las melodías, su convicción y dicción volcadas en cada palabra. Y la austeridad del formato no le impidió cambiarse de vestido a mitad de concierto.

Sonaron canciones de los dos álbumes, a veces atrevidamente distintas, como un ‘Señor invierno’ tan juguetón como conmovedor o, al final, el hit ‘Mi perrito librepensador’, desprovisto de base rítmica, solo con guitarra, y sin embargo conservándose plenamente disco-dance. Todo en ellos es atrevimiento y salen airosos de cada una de sus afrentas, como hacer en un party canciones en las que los silencios son tan importantes como las notas (‘Oda a los negros’) sin que decayera en absoluto el tono festivo de la noche, ni se rompiera la tensión del concierto.

Incluyeron las canciones tan intrincadas como magnéticas de su segundo álbum (‘Pensamiento’, ‘¡Miau!’, ‘Monólogo interior’, la imprescindible ‘Posponías’), versiones de ‘Cabeza cuadrada’ de Terry 4 y de dos chicas ¿colombianas? de los años 70, que parecía hecha para Single. Para terminar, una de las poquísimas canciones de Single que no consigo que me gusten, la única tal vez, ese ‘Mr. Shoji’ en el que reconozco el valor de mezclar blues, reggae y sardana como si tal cosa, pero poco más, aunque está claro que les funciona como final cimbreante.

No faltó en el repertorio una de las dos canciones que constituyen esa pequeña joya para la vista y el oído que es el single recién publicado por Single, ‘Noi Pomodori’, con dos versiones de canciones contenidas en un Lp de Lucía Bosé y Gregorio Paniagua, ‘Io Pomodori’, que es una de esas rarezas que sólo podrían rescatar Teresa e Ibon, y parecen haber estado durmiendo hasta encontrar alguien digno de reinterpretar esas extrañas delicias. La increíble doble portada de Javier Aramburu, el vinilo rojo y el detallito contenido en la etiqueta del disco, conforman la joya del año en singles españoles, solo posible con la unión del inefable trío de creadores donostiarras.

Para redondearlo todo, el nuevo vídeo de Miguel Gutiérrez para la canción ‘Dime quién eres, desconocido vecino’, extravaganza visual en perfecta sintonía con ellos. Y qué maravilla de salón.