Después de aquellas ‘jornadas de lucha’ para defender Gaztemaniak del manotazo político, la programación respaldada, más o menos, por la Diputación ha respondido por todo lo alto, con dos conciertos para el otoño inmejorables. Eso de momento, porque habrá más. Ya celebramos aquí la primera noticia de que venían The Drums el 9 de noviembre a San Sebastián, una de esas raras ocasiones de ver a un grupo en el preciso momento en que salen del huevo como unos leones, que no pollos. Quienes pudimos verles en el Primavera Sound damos fe de que es uno de los directos más refrescantes y divertidos que se pueden ver en estos momentos, por parte de quienes han hecho uno de los discos del año, sin duda. Y a Laetitita Sadier, con su aire afrancesa y su background de Stereolab, apetece mucho verla en su debut en solitario, con disco a punto de salir.
Y esto ha sido sólo el inicio de lo que se ha convertido de pronto en un superexcitante otoño de conciertos. Hablamos siempre desde un punto de vista subjetivo, claro, que en estos tiempos es que sólo vale saber quién tiene la estadística más grande, es el único punto de vista recomendable. Y así, poder ver en una sola noche a dos pedazo de cantautores como Damien Jurado y Josh Rouse (8 de noviembre) es un milagro gentileza de la exquisita programación que ha elaborado este año Donostikluba. Por si fuera poco, el día anterior, otra combinación que encaja como piezas de un puzzle: Corazón, Single (con un nuevo disco que promete muchas sorpresas, bueno, como siempre) y P3Z, que no sabemos aún si será en calidad de DJ o de cantautor, pero calidad tendrá. Hay mucho más (lo de Thee Brandy Hips tendrá su post), y cada cual destacará un concierto u otro en función de sus gustos. Uno tiene dudas con Joe Crepúsculo, porque en disco no le encuentra la gracia a este maestro del desafinado tan unámimente alabado, pero precisamente por eso habrá que ir.
Por si fuera poco, The Wedding Present actúa en Oñati, el 13 de noviembre. Hace 22 años (¡uf!) fuimos a Vitoria a verles (¡y era justo el 12 de noviembre!), cuando aún no se habían publicado su segundo Lp, ‘Bizarro’. Nos dejó alucinados esa velocidad de muñeca en la guitarra rítmica, que ya había sido marca de la casa desde el comienzo, y canciones que oíamos entonces por primera vez, como la frenética y afortundamente interminable ‘Take Me’. Ahora The Wedding Present vienen precisamente presentando entero ese disco, uno de los fundamentales de su muy noble y notable obra. En aquel concierto en Vitoria, el muy humilde y campechano David Gedge estaba antes de la actuación en el puesto de merchandising. Estábamos hablando con él en plan fan cuando nos dijo: “Perdonad, pero tengo que ir a tocar”. Antes de que nos diera tiempo a a acercanos a las primeras filas, él ya estaba en el escenario en plena excitación de guitar-pop. Hoy día, su forma de ser y actuar parece ser la misma. Pero con un bajage de canciones, ya sea como The Wedding Present o Cinerama, espléndido.
Además, para completar la racha de ídolos personales, el Primavera Club anuncia a Edwyn Collins. Debería ser más sabido, o al menos más proclamado, que antes de Teenage Fanclub, por ejemplo, el pop escocés ya alcanzó la excelencia con Orange Juice. Y que la limitada vida del grupo de Edwyn Collins tuvo continuación con una carrera en solitario modélica, sólo interrumpida hace cinco años por una hemorragia cerebral que le dejó en un punto cero, del que ha tenido que recuperarse poco a poco en un proceso de autosuperación que ríase usted de la Pasaban. En 2008 sus primeras actuaciones de regreso, aun teniendo que estar sentado y sin poder tocar la guitarra porque no puede mover un brazo, y con las letras en un atril porque tiene un problema de memoria que le impide retener casi nada, fueron enormemente intensas y emocionantes. Ahora vuelve con el primer disco grabado después de la enfermedad, ‘Losing Sleep’, junto a un montón de amigos ilustres, entre otros miembros de Franz Ferdinand, The Magic Numbers y The Drums, precisamente. La ocasión de verle en Madrid o Barcelona nos resulta, al menos a una minúscula minoría, un acontecimiento. Edwyn Collins llegó incluso a tener un éxito masivo con una canción, ‘A Girl Like You’, que mucha gente conocerá pero quizás no sabe de quién es, pues ha sonado mucho en anuncios, reportajes televisivos y demás. La pongo aquí para quien no la identifique. No es su mejor canción pero sí una más entre las decenas de maravillas pop que ha compuesto, con una sabiduría total para adaptar el legado del rock de los 50 o el soul de los 60 a su genuina personalidad.
Y también deberíamos hablar de la nueva visita de Jamie Cullum (nunca había visto tantas veces, y tan a gusto, a un artista del que no tengo ningún disco), y de otras muchas opciones que va a haber en los próximos cuatro meses…