Hoy nos vamos a poner en plan Don Cicuta, porque esto no puede ser. La cosa está alcanzando rasgos de epidemia. Por alguna extraña razón, la palabra ‘emitir’ está contaminando el cine enloquecidamente. Cada vez es más frecuente oir o leer frases como “la película se emitirá en el cine tal” o “A Serbian Film no se pudo emitir en el Principal”. Incluso ya hay quien sustituye estreno por emisión. “La nueva película de Harry Potter se emitirá el día 19 en todos los cines”.
Chirría tanto la cosa que es increíble que tanta gente caiga en ello. Es como hablar de que los aviones nadan y los gatos ladran, y que nadie se inmute. Se lo hemos oido a concejales con énfasis, lo hemos leído en lugares serios y bien escritos, lo dice hasta algún cinéfilo…
¿Emitir? ¿Dónde está la antena en los cines? ¿Dónde las ondas hertzianas? Las películas se proyectan, se ponen y hasta se echan en los cines, pero no se emiten. Se puede pensar que es influencia de la televisión, pero la televisión está metida en nuestra cabeza desde hace décadas, y sin embargo este extraño fenómeno no se ha producido hasta hace pocos años. Eso sí, la epidemia del emitir debe ser hija de ese otro dislate, el que utiliza ‘grabar’ para todo lo que sea crear imágenes, incluido el cine tradicional, el que siempre se ha filmado o se ha rodado. Ahí aún se puede entender algo más la confusión: en el vídeo o el disco duro, sí se graba. Pero hablar de que Orson Welles grabó ‘Ciudadano Kane’ en 1941, es despojar al cine de toda su identidad. Y suena muy feo.
Y hasta aquí el pedestre homenaje a Lázaro Carreter.