Han pasado ya diez días desde que terminó el Festival de Gijón, con premio gordo para la película rumana ‘Tuesday Before Christmas’. Pero aun con retraso, quería dejar aquí constancia de algunas películas vistas en Gijón.
I’m Still Here
Casey Affleck, Estados Unidos, 2010,
Se hizo
el silencio cuando empezaron a aparecer los títulos de crédito finales
en la proyección de la gala de inauguración. Quizás los políticos y
patrocinadores que estaban en la sala no quisieron aplaudir momentos
como ese en que el asistente de Joaquin Phoenix defeca, literalmente,
sobre el actor, pero tampoco el público avezado de Gijón dio el paso de
apoyo a esta película que te deja noqueado, más o menos para bien. Sea
documental auténtico, registro de una farsa o premeditado montaje, lo
que ocurre y cómo ocurre es insólito, y se puede concluir una vez más
que Joaquin Phoenix es un extraordinario actor, atrevido como pocos
(deja pulverizados los ‘tour de force’ de Sean Penn o De Niro) y
decididamente provocador. La película aporta una serie de ideas sobre la
fama, el éxito y Hollywood, que dan qué pensar. Tan desconcertante como
interesante.
Tuesday After Christmas
Radu Muntean, Rumania, 2010,
Fácilmente comparable a ‘Secretos de un matrimonio’ de Ingmar Bergman, por su desnudez, es la crónica de cómo un hombre casado que mantiene simultánemente otra relación estable, decide contarle a su mujer lo que hay. El plano secuencia en que lo hace, largo, larguísimo, es el punto máximo de la veracidad y credibilidad de una película sobre lo cotidiano bastante excepcional. Fue la ganadora del FicXixón.
Todas las canciones hablan de mí
Jonás Trueba, España, 2010
El hijo de Fernando Trueba con sobredosis de cosas que ya admiraba su padre: el espíritu de ‘Opera Prima’, pero con menos humor, la estética ‘nouvelle vagu’e vía Truffaut, los libros, el amor, la amistad y la melancolía. Es como una película de otra época, lo que la hace artificiosa y atractiva al mismo tiempo. Se diría que hoy no hay jóvenes como los que retrata la película, pero el jovencísimo director Jonás Trueba dice que sí: él mismo y sus amigos.
Ivory Tower
Adam Traynor, Canadá/Francia, 2010.
La anunciaban como presunta película de culto. Quizás lo llegue a ser pero uno no se explica por qué método. El atractivo para programarla debía estar en el hecho de que uno de los dos protagonistas es el músico de tecno-pop Tiga, que a la sazón metió 2.000 personas en un concierto en Gijón. Así que tiene tirón allí. Pero esas canciones llenas de chispa del músico no se traducen en su interpretación digamos actoral, al menos en este disparate sin gracia, con imagen de vídeo de los 80 y que construye, por decir algo, una rocambolesca farsa con el ajedrez como excusa.
Animal Kingdom
David Michôd, Australia, 2010.
Uno de
los filmes más potentes de Gijón este año, sórdido y áspero retrato de
una banda de delincuentes formada por madre e hijos, en la que acaba
involucrado el sobrino y nieto, respectivamente. Una película con mucha
fuerza visual pero sin alharacas, y unos personajes tremendos.
La vida sublime
Daniel V. Villamediana, España, 2010.
Curioso aunque desperdigado reencuentro de un joven, alter ego del director Daniel V. Villamediana (‘El brau blau’), con un misterioso episodio de su abuelo. Un viaje al sur y una serie de encuentros ponen los escenarios a una narración minimalista, entre el humor absurdo y una melancolía fría. El episodio estrella es aquel en el que el protagonista pide en un bar, para recrear una apuesta del abuelo, 90 boquerones. Pero le dan sardinas. Y se las come. Afortundamente hay una elipsis en medio de la saciante secuencia.
Des filles en noir
Jean-Paul Civeyrac, Francia, 2010.
Curioso e interesante retrato de dos adolescentes atrapadas por el atractivo del abismo y la rebeldía de lo siniestro. Consideran que todas las demás chicas son horribles, admiran a escritores de extremo romanticismo y deciden suicidarse. Una mirada distinta y bastante desgarradora a la percepción extrema de algunas cuestiones existenciales que se da en la adolescencia.
Fleurs du mal
David Dusa, Francia, 2010
Una joven iraní es enviada a París a estudiar, para alejarla de las convulsiones del país en torno a las elecciones de 2009. Allí conoce a un chico que trabaja en un hotel y se pasa el día dando brincos, practicando una especie de breakdance sui generis. Lo interesante es cómo el lenguaje de internet, los mensajes de twitter y los videos de Youtube se incorporan a la narración: para esa chica iraní, es el medio de saber lo que está ocurriendo en su país. Pero la película no va de moderniqui, sino de melancolía, añoranza, libertad versus opresión y amor juvenil: cosas de toda la vida.
Te extraño
Fabián Hofman, Argentina, 2010
Un modo bastante original de contar lo de los desaparecidos en Argentina durante la dictadura de mediados de los 70. Y una experiencia (amarga) del propio director. La desaparición de un joven activista contra el régimen provoca en su hermano un extraño sentimiento de culpabilidad y desarraigo, sobre todo cuando tiene que emigrar a México (un país que acogió a muchos familiares de desaparecidos y gentes en peligro). Refleja bien, asimismo, ese proceso en el que la familia no quiere a hacerse a la idea de lo que está pasando, porque no había ocurrido antes: les cuesta aceptar que esa ‘desaparición’ no va a ser cosa de unos días.