¿Es posible sentarse a mediodía a comer el filete con patatas viendo en la tele un reportaje sobre la buena forma del saxofonista de jazz Sonny Rollins a sus 80 años, en lugar de asistir una y otra vez al repaso a las interioridades de la Pantoja? ¿Se puede pasar la noche viendo interesantes documentales sobre la Segunda Guerra Mundial, continuar con un vistazo a lo último en pop ‘indie’ y rematar con un completísimo recuento de la vida, obra y personalidad de Roberto Bolaño visitando los lugares que habitó? Pues sí, está ocurriendo. Otro mundo es posible en la tele, aunque nadie lo esté publicitando.
La 2 de Televisión Española emprendió hace un tiempo una revolución que, no se sabe por qué, no está siendo publicitada. Mientras sigue perviviendo el mito de la telebasura, y todo el mundo se queja de que no hay nada en la tele más que Belén Esteban, OT, GH y otras terroríficas siglas, cada vez que pulsas el botón 2 te puedes encontrar una agradable sorpresa. Y quedarte enganchado con gentes, músicas, artes o experiencias a veces insólitas por renovadoras, pero también indagadoras en la memoria y los magníficos archivos de TVE.
Debió de ocurrir cuando TVE se volcó en Teledeporte y limpió La 2 de aquellas interminables horas deportivas, hará un año aproximadamente. Y poco a poco la parrilla marginada se ha llenado de cosas interesantes. Además, muchos de los programas se repiten a distintas horas, con lo que siempre hay ocasión de recuperar entero ese debate literario de ‘Nostromo’ que has pillado a medias, perdiéndote la mitad de lo que ha dicho Ignacio Martínez de Pisón o Juan José Millás. Muchos de esos programas y reportajes tienen además formatos innovadores o curiosos, un ‘look’ moderno que no siempre funciona pero al menos revela gusto por hacer las cosas de forma no rutinaria. No he conseguido saber el nombre de ese espacio en el que cuatro espectadores hablaban, ante otras tantas cámaras simultáneas, sobre un libro, un disco o una película que veían y escuchaban previamente sin saber nada sobre la obra, pero el formato era original.
No quiere decirse que todo sea maravilloso en La 2. ‘Mapa sonoro’ obra el milagro de sacar en la tele de hoy entrevistas con Laetitia Sadier, Aidan Moffat y otras luminarias del pop de trincheras, pero dedica más minutos a los planos de transición entre reportaje y reportaje (en forma de evocadores viajes en tren y en coche) que a la verdadera esencia musical de sus contenidos. El siempre eficaz e interesante debate literario de ‘Nostromo’ demuestra en la figura de Ignacio Vidal-Folch que saber mucho de literatura no implica, ni mucho menos, ser un buen comunicador y presentador de un programa de libros. En cambio Montserrat Busquets, mucho más discreta y humilde, lo hace estupendamente. Pero los invitados son siempre interesantes, o así lo considera uno al ver que invitan a gente tan admirable como Ignacio Martínez de Pisón y Andrés Trapiello. ‘Días de cine’ tuvo mejores días, pero siempre es reconfortante ver reportajes bien elaborados sobre películas y cineastas en lugar de los habituales publirreportajes de los estrenos que lanza el Telediario como quien no quiere la cosa.
Lo intolerable en La 2 actual (y en toda TVE), lo que indigna en ese océano de buen gusto y cuidada elaboración, es lo que están haciendo con las películas. En la cadena que se las da de emitir sin cortes publicitarios, pegan un hachazo inmisericorde a los títulos de crédito finales de todas las películas. Apenas aparecen las primeras letras, llega el salvaje tijeretazo y estás de pronto en otra cosa, sin darte ni un segundo para desconectar. A veces incluso pegan directamente el comienzo de otra película, con lo que se fusiona el final feliz de una comedia con el comienzo terrible de un drama. El colmo es el programa de Cayetana Guillén Cuervo, ‘Versión española’, que invita al debate a los autores de un film cuyos nombres han sido censurados un segundo antes en la emisión de la película. ¿La SGAE no tiene nada que decir sobre este aspecto de los derechos de autor? ¿Será porque ahí no hay posibilidad de rascar dinero?
¿Y para qué tienen tanta prisa los de TVE si no tienen publicidad? ¿Por qué aplican los mismos métodos de agarrar al espectador por el cuello si no tienen que nada que vender?
Otra agujero negro en La 2 actual es la programación de películas en versión original con subtítulos, prácticamente nula, o la ausencia de programación de clásicos bien presentados en ciclos y sin miedo al blanco y negro. Ahora que están obrando el milagro de que la tele vuelva a ser un lugar interesante y creativo (al margen de las series americanas), deberían esmerarse un poco en ese campo. Y fomentar que toda esa gente que se escandaliza con Tele 5 y La Sexta, elija La 2 y pueda disfrutar de la tele cultural, creativa y formativa que siempre han reclamado.
Aprovecho la ocasión para poner unos vídeos de una de las cosas más alucinantes vistas en La 2 el año pasado, la actuación de Ajo, Don Simón y Telefunken en ‘Los conciertos de Radio 3’. Lo que en un principio puede parecer pedante y ridículo, se convierte enseguida en desternillante, ingenioso e hiperoriginal cruce de pop de juguete, micropoemas clarividentes y delirio controlado con perro. Los títulos de las canciones son impresionantes en varios sentidos, pero su actuación entera no tiene desperdicio.
Blog escrito con el empuje y el aliento (en el buen sentido) de El Jukebox.