La autonomía de los coches eléctricos y la gestión de la misma es uno de sus principales problemas. Cuando se busca el ahorro, ¿cómo afecta la climatización?
Ponemos en marcha el coche eléctrico, salimos a la carretera, empezamos a sentir frío y hay que poner la calefacción. Porque dependiendo cuántos kilómetros nos queden por hacer, encender este sistema puede ser clave para gestionar el viaje.
Según datos de LeasePlan, la utilización de la calefacción puede reducir hasta un 20 por ciento la autonomía de los coches eléctricos, tal y como recogen en el II Estudio de Eficiencia de Vehículos Eléctricos. De hecho, sitúan la disminución de kilómetros disponibles en la batería en, al menos, un 5 por ciento siempre que se ponga en funcionamiento el sistema.
Este aspecto sólo hace hincapié en uno de los mayores problemas que tienen los coches eléctricos, la gestión de la energía, la cual tiene que ser lo suficientemente buena para permitir que la mayor parte de la electricidad acumulada se utilice para circular y, en la menor medida posible, para mantener en funcionamiento los sistemas eléctricos del propio vehículo.
El uso de la calefacción sólo es uno de los valores a tener en cuenta a la hora de estirar los kilómetros disponibles. Utilizar los modos de ahorro de energía puede aumentar la autonomía entre un 5 y un 10 por ciento, ya que hablamos de en un tipo de vehículo donde todo cuenta. No llevar cargas innecesarias en el maletero, circular con suavidad o montar neumáticos de baja resistencia a la rodadura es esencial para maximizar los kilómetros recorridos.