La agencia alemana del automóvil (KBA) ha ordenado a Daimler AG, fabricante de Mercedes Benz, que llame a revisión a centenares de miles de coches diésel suplementarios que podrían estar equipados con un programa trucado, según ha anunciado el fabricante. Al menos 260.000 furgonetas de tipo “Sprinter” están afectadas por esta orden en Europa, y que fueron fabricados antes de junio de 2016. La agencia sospecha que Daimler instaló en esos vehículos un “programa informático ilícito” para lograr que durante las pruebas en el laboratorio aparecieran como menos contaminantes de lo que en realidad son.
A finales de septiembre, la Fiscalía de Stuttgart impuso una multa de 870 millones de euros a Daimler por manipulación de las emisiones contaminantes de sus vehículos. La decisión cerró el procedimiento abierto contra Daimler, ya que la compañía aseguró tras conocer la multa que no presentaría alegaciones, con lo que también evitó un proceso judicial. La Fiscalía argumentaba que las incongruencias entre las emisiones reales de óxidos de nitrógeno (NOx) de ciertos modelos diésel del fabricante y los niveles que Daimler había consignado sobre el papel implicaban a su juicio un “incumplimiento negligente de la obligación de supervisión de la dirección”. La compañía logró así que modelos diésel obtuvieran el permiso de circulación pese a no cumplir en parte con los límites de emisiones.
La investigación en Daimler comenzó con la llamada a talleres con la que la Oficina Federal de Vehículos a Motor (KBA) obligó a revisar 684.000 vehículos, medida contra la que la compañía presentó alegaciones.