Según un reciente estudio, el 10% piensa que la principal traba es la falta de una red de infraestructura, mientras que el 40% señala a su elevado precio.
El coche eléctrico es una alternativa real de compra para el 10% de los futuros compradores, con la falta de infraestructura de recarga más amplia como uno de las principales problemas. Además, para un 40% su elevado precio también les retrae, según la octava edición del estudio ‘Españoles ante la Nueva Movilidad’, realizado por PONS Seguridad Vial y Luike con la colaboración de Geotab, Wible, Moovit y ALD Automotive.
“El principal problema que se encuentra una persona que quiere adquirir un vehículo eléctrico es el precio y la estructura de carga”, señalan desde la Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos. “Normalmente suelen ser más caros que los vehículos de combustión, además, las ayudas del Estado son pocas y no se sabe cuándo se van a hacer públicas; cada año tienen unas condiciones distintas”, añaden.
A los usuarios les parece que el rango de autonomía de entre 100 y 200 kilómetros es suficiente para el usuario diario de un vehículo eléctrico. “Los conductores suelen hacer al día unos 80 kilómetros; aunque sí es cierto que en largas distancias pueden notar la ausencia de recargas rápidas en autopistas y carreteras”, nos dicen. Existe un gran desconocimiento del tema, pues cuatro de cada diez españoles no son capaces de diferenciar entre un coche eléctrico puro, un híbrido y un híbrido enchufable.
También, según el estudio, el 40% de los encuestados que desea adquirir un coche antes de un año reconoce estar interesado especialmente en la tecnología híbrida, por delante de los vehículos impulsados por gasolina (29%) y diésel (17%). Las posibles restricciones futuras a modelos de combustión en las principales ciudades continúa siendo una constante en lo que a intención de compra se refiere. Uno de cada tres encuestados reconoce que las medidas restrictivas aplicadas a los automóviles diésel y de gasolina por distintas administraciones han provocado un retraso en la decisión de compra.
El Centro de Demoscopia de Movilidad, que también ha participado en el estudio, ha incorporado, por primera vez, la consulta a profesionales con capacidad de gestión sobre la flota de vehículos sobre la que operan sus empresas y el diésel continúa siendo la alternativa preferida para el sector (69%). Un 30% de las consultas prevé que se producirá una generalización de los vehículos electrificados en las flotas en un plazo no superior a cinco años. La poca autonomía (67%), el elevado precio (58%) y la falta de infraestructura de recarga (54%) también son las principales barreras para los profesionales.
En el caso de la moto, solo un 5% de los españoles muestra voluntad de realizar una compra en menos de un año. De ellos, un 64% afirma estar interesado en una unidad nueva, frente a un 9% que elegiría un modelo de segunda mano. Un 31% asegura también haberse planteado la compra de una moto eléctrica, el triple en comparación con el coche.