Luz en la ventana, ni rastro de lluvia, hay mermelada de frutas del bosque y un montón de preguntas escondidas en  la pereza de una mañana de domingo. ¿Cuántos imputados por corrupción están en la cárcel? Muy duro para empezar, sobre todo si la respuesta es ¿ninguno? Un sorbo de té. ¿Cuándo empezará a funcionar de nuevo el sistema de alquiler de bicicletas de Donostia, que consiguió más adeptos a las dos ruedas que tres campañas de sensibilización seguidas? ¿Optar por bicis eléctricas para todos respeta los criterios de movilidad sostenible o vulnera un sistema en el que, entre otras cosas, cambia de forma radical la velocidad en los bidegorris? ¿Por qué siguen matando a las mujeres quienes, como el otrora encumbrado atleta  Pistorius, prefieren no verla jamás ante cualquier riesgo más o menos lejano de verse abandonado por ellas?

Una tostada y seguimos con la pereza preguntona. ¿Pudo Iñaki Urdangarín urdir todos sus trejemanejes económicos sin el visto bueno de la familia de su infanta esposa y sin la complacencia de entramados institucionales propicios, benevolentes, e inclinados al dinero fácil? Esa nueva Pepito Grillo del PSE, Beatriz Talegón, ¿es una muestra de rebeldía con calado entre su gente o solo una pose estratégica para un cambio de imagen? Sea como sea, ¿pueden unos manifestantes ejercer de jueces e impedir a alguien participe en una protesta junto a ellos? ¿Es que una mani es como una fiesta de cumpleaños a la que se invita al que uno quiere?

La última tostada, lo juro. ¿Qué se le ha pasado por la cabeza al alcalde de San Sebastián, Juan Karlos Izagirre, cuando ha decidido impulsar sanciones para aquellos concejales que filtren noticias a los medios de comunicación sin que él lo autorice? ¿Quién es el dueño de los dictámenes, los documentos o la información? ¿Izagirre tiene también el síndrome de esta mujer es mía, esta manifa es mía, este ayuntamiento es mío? Se acabó. Ahhh. ¿Ganará la Real gracias o a pesar de Montanier?