Estamos en días de nombres propios. La muerte de Hugo Chávez se veía inevitable con un cáncer que no paraba de dar guerra y que no remitía pese a un montón de informaciones optimistas sobre el estado de salud del presidente venezolano. Y sin embargo había algo en él que parecía que eso de la muerte no llegaría a afectarle . El monologista más laureado de la televisión latinoamericana, el político más controvertido a la hora de despertar simpatías y antipatías, era también uno de esos líderes con un carisma que escasea en gran parte de los próceres políticos, sobre todo en los europeos. La marea popular de dolor que sale a las calles huele pelín a telenovela y mucho a incertidumbre política.
Dentro de esta cuadrilla agrupada de mala gana por la actualidad, tampoco Joseph, el único ex Papa del mundo, tiene muy claro su futuro ni su papel. El Cardenal Ratzinger no llevó bien eso de esperar a que aparten de él ese cáliz en el que se había convertidoel entorno vaticano que veía desde su silla y decidió alejarse él mismo. Sabe lo que le espera, muchos rezos en un convento lejos de su Alemania natal. Dicen que quería volver. Va a ser que no. Expertos en protocolo en paro deberán estar alerta, porque combinar a un papa vitalicio con otro que iba a serlo, pero que no lo es, va a obligar a mucha cortesía y a más de un dolor de cabeza. El Vía Crucis se acerca y puede ser un momento delicado.
No parece que en Roma vayan a decantarse por ninguno de los expertos que han regido hasta ahora la vida de la familia real, con Iñaki, sí, el super yerno, con síntomas evidentes de amnesia a nada que ha visto la toga de un juez. Primero fue Jaime el que dio muestras de problemas a causa de un ictus cerebral del que se recuperó de forma más o menos airosa, pero ahora resulta que es el jugador de balonmano el que tiene problemas neurológicos, esta vez vinculados con la memoria. La Reina, mientras tanto, acude a ver al rey operado con sus dos hijas, solas junto a su madre, estampa casi medieval de madre con infantas a las que la guerra dejó sin pareja.
Corinna, princesa de imposible nombre, adalid de rubia estirada y candidata a entrar en algún reality, (este de tirarse de un trampolín tiene puestos suficientes porque está en dos cadenas), resultó ser un consuelo para este chico alto de Zumarraga que tan buena impresión causó en la ya lejana boda de la catedral. Si Belén Esteban ha llegado a cobrar casi como un presidente del Gobierno porque estuvo con Jesulín, ¿qué puede parar a esta mujer de edad incierta que paseó su influencia por el palacio del Pardo?