Me asombra que el ministro de Economía, Luis De Guindos, confiese ante un periódico norteamericano que se ha confundido, que las cifras que dice en España no son tales pero que, bueno, a fin de cuentas, no pasa nada.

Me enternece el  niño chino al que encontraron abrazado a su madre muerta después de diez horas, acogido al frio  que la confianza en ella convirtió en calor. Me duele su dolor y su desgarro.

Me indigna que el Gobierno Vasco vuelva a dar la espalda a un proyecto donostiarra, sobre todo en este caso, el de la nueva estación de Loiola, que iba a suponer una mejora sustancial para el barrio .

Me hace gracia la afición del alcalde Juan Karlos Izagirre por la dantza, a la que , visto lo visto, considera el mejor homenaje. Sea para la hoguera de San Juan o para el centenario de don Raimundo Sarriegui.

Me encanta el gusto por la danza de todos esos críos y mayores que aferran su arte a la Barandilla de La Concha una vez al año. Me gusta que lo puedan hacer en un día soleado como ocurrió este domingo.

Me ofenden los políticos que tratan a la gente como si fueran niños pequeños que no se enteran de nada, como si nadie tuviera importancia, como si gobernar fuera un designio divino al que acceden con todo merecimiento.

Me sorprende lo rápido que se encuentra a los criminales en Estados Unidos y lo poco que se tarda en que todo el mundo esté convencido de que son culpables. Me aterra la llamada a la venganza de un pueblo que no se plantea si los detenidos son autores del crimen y que se regodea en las imágenes de las desgracias.

Me enorgullece un adolescente muy cabreado porque una chica de su clase ha dicho que los inmigrantes solo quieren robar trabajo. Delante de un ucraniano, un dominicano muy negro y algún compañero de la gela más que llegó desde Ecuador. Me espantan las fuentes de las que ha bebido la niña para decir algunas cosas en público con tanto aplomo. Me apena lo que sintieron los otros alumnos, alguno de ellos con la cara desencajada y el desencanto en la mochila.

Me irritan quienes siempre les ríen las gracias a los poderosos. (Aquí poner nombres ocuparía todo el blog)