Quedamos en escribir todos los lunes, sin embargo esta semana tenemos un doble suceso para contaros.
El martes día 11, decidí dejar la carrera. No fue un soplo de viento repentino, ya lo había pensado varias veces. No se trataba de que no me gustase. Y tampoco me sentía fuera de lugar ahí. De hecho me encantaban mis compañeros, el ambiente y la forma de aprender. Sin embargo una cosa lleva a otra, al igual que cada acción tiene su reacción. A lo largo del curso pasado aprendí mucho, sobre todo en cuanto a desarrollo personal. Hubo muchas situaciones límite que afrontar, tomas de decisiones, ajetreo, momentos de calma y rotura con estereotipos que tenía fijados en la mente. También tuve problemas en casa. El pasado se me juntó con el presente, las vivencias eran todas muy sentidas, o bien apasionantes o bien desgarradoras. En verano decidí marcharme de la ciudad y me fui a Bruselas ha trabajar en una empresa de diseño textil. Cuando regresé yo seguía igual de inquieta que cuando me marché, no me había enfrentado a nada, solo huía. Entonces me plantee dejar la carrera, me fui de casa y busque un trabajo.
Ahora era camarera, iba a ganar 1100 euros al mes y viviría en una zona céntrica de la ciudad. Todo parecía marchar bien. Yo me decía, después de haberlo pasado tan mal es lógico que te toquen cosas buenas. Los primeros días fueron emocionantes, no rendía cuentas a nadie, tampoco me regañaban y en el trabajo estaba a gusto.
Transcurrieron las semanas y ese romanticismo inicial, de chica se va de casa, encuentra trabajo, ha sufrido pero es una superviviente y se une al club de los trotamundos se esfumó. El trabajo ya no me gustaba, no me pagaban lo acordado, ni siquiera a tiempo, eran unos horarios malísimos y hacía una vida de mujer de treinta y pico años, en vez de dieciocho añera. No obstante no me iba a rendir. En casa daban por hecho que ya no volvería a la universidad.
Pero pasó algo, yo que siempre he sido supersticiosa como la que más y creo en las señales, recibí una. Ocho horas antes de que comenzara el primer día del segundo año, alguien que me importaba me habló, me habló desde el cariño, del cual estaba escasa y cambié de planes. Volví a la universidad. Descoloqué a todo mi entorno y les explique a mis compañeros como me encontraba. Escucharon, comprendieron y aceptaron. Yo fui poco a poco retomando el ritmo del equipo (de la universidad) aunque nunca al mismo nivel que el curso anterior. Aprendí ha priorizar, la importancia del compromiso y de su incumplimiento y sobre todo el valor de la compañía humana.
Mas o menos y resumiendo, llegamos hasta hace una semana. Paralelamente y desde hace mucho más tiempo me han encantado hacer manualidades, la ropa, la moda, el corta-pega, las manualidades y los disfraces. Siempre me ha apasionado y aunque nunca me había admitido el hecho de querer trabajar en ello, siempre me ha gustado.
Lo he meditado mucho, lo he intentado unir a LEINN (mi hasta ahora grado universitario) y no he sido capaz de compaginarlo. Ha llegado un punto en el que tienes que decidir, hacer un balance de situación y enfrentarte a la realidad. Durante los últimos tiempos en LEINN, esperaba a que algo aconteciese, un milagro tal vez, o una señal. Es ahí cuando me decidí. Necesitaba de nuevo acción, ser protagonista. Por eso he movido ficha. He trazado una nueva jugada y estoy contenta. Mi propósito es entrar el año que viene en el grado superior de confección y diseño del centro AEG.
Naturalmente hasta entonces trabajaré, buscare libros y talleres donde formarme. También voy ha echar de menos a mis compañeros, ya que juntos hemos estado mucho tiempo y vivido numerosas experiencias.
A modo de conclusión me gustaría decir que tomar decisiones no siempre es fácil, que este año he entendido lo que es vivir y lo que es sobrevivir. He comprendido lo que cuesta sacar dinero, sobre todo cuando tienes otros objetivos en mente. Que el grupo de personas que te rodea es muy importante. Y que tanto la humildad como ambición son necesarias.
Quiero añadir también mis dos frases favoritas que he sacado de la carrera:
HARDWORK + FUN = SATISFACTION
Cuando quieres realmente una cosa, todo el Universo conspira para ayudarte a conseguirla.
Y así me despido hoy. ¡Pero no del blog! Julen y yo seguiremos escribiendo cada lunes. Como nunca lo he hecho aprovecho hoy para dar públicamente las gracias:
– A Sari nuestra coach
– A Kibber y a MTA
– A mis amigas
– Y a Julen que ha estado siempre ahí
Con cariño María