Carlos Tobalina nos ha dado una lección; una lección de superación, de esfuerzo, de no rendirse jamás… En definitiva, de lo que tiene que ser un atleta si quiere llegar alto a pesar de los obstáculos que suelen cruzarse en el camino.

Lo hace en un excelente reportaje del Basque Team. El lanzador de peso, que este año afrontará uno de los mayores retos de su carrera deportiva (quiere acudir a los Juegos Olímpicos de Río y le piden lanzar 20,50 metros), cuenta cómo ha sido su trayectoria. Generalmente, cuando vemos los éxitos de un deportista obviamos las dificultades que existen para haber llegado hasta allí.

Después de pasarlo mal por las lesiones, de estar a punto de tirar la toalla, Tobalina cambió de aires. Y ahora puede cumplir el sueño que cualquier atleta tiene: llegar a unos Juegos Olímpicos. Pero él, a pesar de tenerlo a tiro (nunca mejor dicho), lo tiene claro. “Si no tiene que ser, no será; pero no porque no lo he intentado”, apunta en referencia a la consecución de la mínima olímpica.

Hasta ahora, Tobalina ha demostrado que pasar de los 20 metros ya es una realidad habitual para él. Ahora solamente le queda dar el último empujón a la pesada bola de más de siete kilos (7,26 kg) y plantarse, con la sonrisa que siempre le caracteriza, en Río 2016. Todo el atletismo vasco se sentirá orgulloso cuando lo logre, porque Tobalina ejemplifica la nobleza del lanzador.