Atenas, año 1896, los Juegos de la Primera Olimpiada se celebran entre el 6 y 15 de abril. Puede parecer que sean pocas jornadas, pero hay que tener en cuenta que por aquellas fechas se celebraban muchos menos deportes que los que en la actualidad “colapsan” la verdadera esencia de unos Juegos Olímpicos.
DEPORTES EN ATENAS 1896: Atletismo, ciclismo, esgrima, gimnasia, halterofilia, lucha, natación, tenis y tiro.
En esa primera edición de los Juegos Olímpicos de la edad moderna se pudieron presenciar los denominados como deportes clásicos, los de toda la vida, en los que el protagonista era (y debería seguir siendo) el atleta o deportista. De hecho, el barón Pierre de Coubertin pronunció en 1896 el lema que simboliza el espíritu olímpico: Citius, Altius, Fortius (más rápido, más alto, más fuerte).
Motivado por los comentarios que he podido leer en redes sociales y escuchar en persona, y que sin ningún tipo de duda comparto, me dispongo a analizar lo primero que debería pasar si queremos que los Juegos Olímpicos de hoy en día recobren la esencia que jamás debieron perder.
El fútbol acapara durante todo el año un protagonismo infundido en gran parte por los medios de comunicación, los cuales parece no quieren abandonar la continua monotonía de la que nos atiborran durante los 365 del año. Es uno de los ideales del periodismo actual: ¿vende? Pues ya está, ¡vamos a ofertarlo! Pero lo que no deberíamos permitir los amantes del deporte en general (para aquellos que se puedan mostrar críticos, a mí también me gusta el fútbol… pero en su justa medida) es que unos Juegos Olímpicos se vean salpicados por esa plaga periodística que solo hace daño a los valores olímpicos, y más específicamente a la esencia del deporte como tal.
Abres un periódico, escuchas la radio, ves la tele… Me da igual el medio, pero desde luego, no hace ningún bien al deporte escuchar, ver o leer que la “selección olímpica” tiene serias posibilidades de lograr el Oro en Londres en referencia a la selección olímpica de fútbol. La selección olímpica claro que tiene posibilidades de obtener un Oro (ya habrá algún deporte en el que se consiga), pero esa selección de la que estos medios quieren hablar no tiene derecho a acaparar un título tan grande como el de selección olímpica (por muy campeones del Mundo o de Europa que sean).
Me niego a creer que sea un problema único de nuestro país. De hecho, un amigo me documentó hace apenas una semana con una información que me hizo ver que otros países pasa algo similar. En Brasil, por ejemplo, “con un Atletismo emergente, un volley que siempre estuvo arriba, el basquet… y un gran trabajo de detección de talentos de cara a Río 2016, pasa algo parecido. Llevan a Neymar y otras figuritas en su equipo olímpico y el “futebol” acapara la información de London 2012″.
Ya se ha intentado a lo largo de la reciente historia olímpica que el fútbol masculino no sea de carácter profesional en unos Juegos (a día de hoy cada selección olímpica de fútbol solo puede llevar a tres jugadores mayores de 23 años). Pese a ello, y por desgracia, sigue acaparando el protagonismo en países como el nuestro. ¡Cómo nos han dejado disfrutar del deporte en Atenas 2004 y Pekín 2008, sin selección de fútbol en los JJ.OO! En España solo nos importan las medallas y si queremos que nuestros deportistas se nutran de esos galardones tan especiales, cambiemos la forma de ver el deporte. ¡Fútbol es fútbol, y deporte es deporte! Sin interés por parte de los medios de comunicación en deportes postrados a un segundo o tercer plano (queramos o no, los medios de comunicación son los que manejan el cotarro), es difícil que esas medallas lleguen. Por lo tanto, se piden medallas, pero no se tiene interés en cómo se consiguen.
¡Un año olímpico no es un año normal! Tiene 366 días. Y ya que parece imposible que otros deportes puedan arrebatar esa soberanía absoluta al fútbol durante los 365 días del año, por lo menos que deje en paz a esa jornada extra de la que podemos disfrutar durante un año olímpico.
¿Por qué no volver a los deportes tradicionales (a los de Atenas 1896)? Si por mí fuera…