El L Campeonato de España absoluto de atletismo en pista cubierta ya es historia, pero la resaca que deja no se me olvidará fácilmente. He tenido la suerte de acudir a Sabadell y de vivir in situ desde una posición privilegiada la actuación de los atletas guipuzcoanos. He charlado con ellos (desde aquí también quiero agradecer todas las muestras de cariño recibidas por parte del conjunto del atletismo guipuzcoano), me he puesto nervioso con sus actuaciones y he vibrado con sus éxitos en las bodas de oro de los campeonatos de España de bolsillo, de los cubiertos, aquellos en los que el atleta siente al público, casi literalmente, en la chepa. Pero en esto me centraré en un post más adelante…
¿Éxitos? Lo cierto es que sí. Es un éxito que el territorio histórico más pequeño de España obtenga cuatro medallas en el estatal absoluto: un oro, dos platas y un bronce. Y es mayor el triunfo del atletismo guipuzcoano si tenemos en cuenta que han sido cuatro las medallas de chocolate obtenidas. ¡Cómo duelen los cuartos puestos, eh! Aunque a veces, esas desilusiones que impiden al atleta subir al podio, ese sabor agridulce que recorre todo su cuerpo y que le impiden sonreír, tiene más de azúcar que de vinagre. Y el ejemplo lo vi el sábado en la joven Nora Orduña. 16 años, cuarta y más feliz que una perdiz. ¿Llorar? ¡Para qué! “Que he quedado cuarta de España absoluta con ¡16 años!”, debía pensar. Lo cierto es que me impactó, y mucho, su sangre fría, su serenidad y su madurez. Lo mismo me pasó con Maialen Axpe (insisto que estas experiencias las seguiré narrando próximamente en este mismo espacio).
A lo que iba. Han sido cuatro las medallas. Hay que sumarle cuatro cuartos puestos (en la edición impresa de hoy de El Diario Vasco hago balance del campeonato. El nivel ha subido respecto al año pasado). Pero hay matices muy importantes y que deberían preocuparnos. Las cuatro medallas han sido de mujeres. Los cuatro cuartos puestos, también. Es una tremenda demostración de que nuestro atletismo femenino está bien. Pero el masculino no lo está. Un solo puesto de finalista, el del combinero Asier San Sebastián, no debería considerarse como un éxito del atletismo guipuzcoano. Sí de Asier, pero no del conjunto. Evidentemente, hay factores que influyen notablemente en que solo hubiera un finalista: Igor Legarda, candidato a las medallas, se lesionó y no pudo acabar; Iban Maiza no estuvo al cien por cien debido a una lesión que sufrió hace un mes… Pero los datos son claros: 4 a 0 en medallas, 2 a 0 en récords de Gipuzkoa, 4 a 0 en cuartos puestos y 11 a 1 en finalistas. Es un partido entre un equipo muy potente y uno de regional. Ellas son, a día de hoy, las reinas del atletismo guipuzcoano. La corona se la han ganado. Pero las reinas y las princesas necesitan una pareja de baile. ¡Llegará pronto! Seguro.
También es importante destacar la laguna existente en las pruebas de mediofondo y fondo. Ni un solo atleta (teniendo en cuenta hombres y mujeres) ha participado en 800, 1.500 y 3.000.
El nivel de las vallas femeninas, alucinante. Lo comentaba con Ramón Cid el sábado. Teresa Errandonea, sensacional (plata). Nora Orduña, por debajo de sus posibilidades (medalla de chocolate), pero insisto en que tiene ¡16 años! María Mujika, sobresaliente, quinta. Sencillamente, se salió. Resumiendo, de las cinco primeras clasificadas del 60 vallas, tres eran guipuzcoanas. ¡Ah! Y faltaba Olatz Arrieta en esta prueba. Me paro a pensar y… ¡Cuatro de las mejores vallistas españolas son guipuzcoanas! Y en pértiga, Naroa Agirre en su línea, Maialen Axpe fue cuarta y Malen Ruiz de Azua no tuvo su mejor día. Pero son tres de las referencias a nivel estatal.
En definitiva, son pequeños detalles que quería dejar escritos. Tengo la esperanza y la ilusión de que el atletismo guipuzcoano siga creciendo. En mujeres, que se mantenga el nivel sería positivo (recuerdo que Gipuzkoa no le puede plantar cara a territorios muchísimo más grandes. ¡Y lo estamos haciendo!), pero en hombres… Entre los chicos la situación tiene que ir a mejor, pues estamos con el depósito de gasolina vacio.