Hoy quiero hablar de los sueños. Llevo un tiempo levantándome cada día intentando descifrar la sociedad en la que vivimos, una con la que me siento muy poco identificada. Vivimos en un mundo vacío donde los sueños carecen de sentido, la gente ha dejado de soñar. Es cierto que hoy en día existen más de mil razones para dejar de hacerlo pero, entonces, ¿qué sentido tiene la vida? Es necesario encontrar esa mil y una razón para seguir creyendo.
En las redes sociales es típico que la gente publique frases en relación con el tema “perseguir tus sueños”. Muy bien, la teoría es fantástica. Ahora dime, ¿qué estás haciendo para conseguirlo? Es muy fácil sentarte y hablar sobre cuál sería tu vida ideal, el problema viene cuando te planteas qué estás dispuesto a hacer para llegar ahí.
Tengo la sensación de que las personas esperan que esto llegue como un regalo de navidad, empaquetado con el precioso papel de turno y el lazo mal hecho de tu madre. Este es el mundo real, lo que quieres lo luchas. Y no es algo que debas hacer a tiempo parcial según tu nivel de motivación, es algo que tienes que tener presente todos los días de tu vida. Hoy no tendré recompensa, ni mañana, ni siquiera el mes ni el año que viene, pero eso no importa porque tú tienes una meta y no vas a parar, cueste lo que cueste y tarde lo que tarde.
En esta vida uno tiene que hacer lo que le guste pero siempre adquirir una formación, toda aquella que sea posible. En este mundo tan competitivo en el que vivimos no hay otra que buscar ser el mejor. Dedícate a lo que quieras, haz lo que más te guste, pero busca ser un número uno. Claramente, entre las personas con un talento y unas posibilidades superiores a las tuyas vas a tener que trabajar más.
Tantas personas que te van a intentar hacer dudar de ti mismo y de tus capacidades a lo largo del camino. Pero solo que te digan que no puedes hacer algo, dedícate a sonreír y dar las gracias porque no hay nada en este mundo que motive más que alguien te diga que no puedes hacer algo. No por tener que demostrarle nada a nadie, porque si tú sabes lo que vales esto nunca hará falta, sino para ti mismo. No importa lo que te digan si tú sabes lo que quieres y lo que estás dispuesto a morir por ello.
Una vez alguien me dijo que solo está derrotado aquel que deja de soñar, el que no lucha por hacer realidad sus sueños. Hoy, no puedo entender el mundo de otra manera.